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Manos Unidas denuncia la trata de personas y el incremento del “tráfico de novias” hacia China





El próximo 30 de julio se celebra el Día Mundial contra la Trata de Personas. Un fenómeno que, como ha señalado el papa Francisco en múltiples ocasiones, es la “esclavitud del siglo XXI” y que, según Naciones Unidas, está ligado estrechamente a la pobreza y que no ha parado de crecer en los últimos años.



Ante esta realidad, Manos Unidas ha subrayado que existen distintos factores que favorecen que se produzcan situaciones de trata. “Vivir en países con alto porcentaje de población joven en situación de extrema pobreza y con elevados índices de desempleo, con alta tasa de abandono escolar, con graves carencias en servicios básicos como la sanidad o la seguridad, falta de acceso de las mujeres a educación básica y a recursos financieros… son otras situaciones que propician que mujeres y personas menores de edad sean consideradas mercancías, siendo explotadas incluso por sus propias familias“, explica Patricia Garrido, coordinadora de los proyectos de Manos Unidas en el Sudeste asiático.

Del mismo modo, Manos Unidas alerta de una nueva tendencia que está surgiendo en los últimos tres años en el sudeste asiático, el mayor mercado de prostitución del mundo: el “tráfico de novias” hacia China. Y es que, tal como explica la organización, el contexto en el que se encuentran las mujeres en esas regiones no es fácil: la discriminación y la violencia contra la mujer se extiende por países como Laos, Myanmar y Tailandia, donde mujeres y niñas son las responsables de obtener los ingresos familiares, pues en numerosas ocasiones los hombres caen en el consumo de alcohol y drogas. Además, el acceso a la educación y la salud es muy limitado, así como la disponibilidad de agua, electricidad e infraestructuras básicas.

Consecuencias de la pandemia

“La pobreza obliga a muchas mujeres a emigrar para trabajar en el servicio doméstico, en restaurantes y, sobre todo, en la prostitución”, apunta Garrido. Es el caso de muchas minorías étnicas, en las que las niñas son obligadas a tener relaciones sexuales desde muy jóvenes y, debido a la política de hijo único que China ha tenido por décadas, existe un déficit de mujeres respecto a hombres que aumenta la presión de China sobre países fronterizos, lo que supone que cada vez más chicas sean vendidas a China para matrimonios forzados. “Los hombres chinos pagan entre 10.000 y 20.000 dólares para traer al país mujeres extranjeras”, añade.

Asimismo, Manos Unidas afirma que la pandemia está agravando la situación de las víctimas de trata, ya que “los prostíbulos han cerrado a causa del confinamiento y muchas chicas han quedado encerradas allí, pero sin ingresos ni nada que comer”, según aseguran desde Alliance Anti Trafic, socio local de Manos Unidas en Tailandia.

Por otro lado, Alliance Anti Trafic también advierte de que muchas mujeres que han perdido su empleo a causa del confinamiento, emigrarán o entrarán en la prostitución para poder sobrevivir. Además, las víctimas de la trata tienen menos acceso a los servicios básicos debido a la pandemia, ya que la prostitución es ilegal en Tailandia y a estas mujeres se les ha denegado la ayuda gubernamental prevista para quienes hubieran perdido su empleo. Asimismo, al haber cerrado los prostíbulos, muchas chicas se han introducido en el mercado de la prostitución online, encontrando clientes a través de redes sociales.

El papel de Manos Unidas

Para combatir esta situación, Manos Unidas colabora estrechamente con Alliance Anti Trafic en iniciativas y proyectos puestos en marcha en Laos, Myanmar y Tailandia, países donde se produce la mayor concentración de trata y tráfico de personas. Las víctimas son niñas que tienen relaciones sexuales desde muy jóvenes y pasan a ser propiedad de los hombres. Frecuentemente, estas chicas desconocen los mecanismos de ayuda, y las nuevas formas de captación y explotación virtual complican la identificación de los delincuentes. Igualmente, el desplazamiento de las víctimas a las zonas fronterizas, donde los mecanismos de protección institucionales escasean, tampoco facilita la lucha contra la trata.

Para proteger a estas mujeres y activar los mecanismos que permitan disminuir el riesgo de sufrir estos delitos, Alliance Anti Trafic ha creado e implementado, con la ayuda de Manos Unidas, un sistema de detección y notificación de casos de tráfico de personas, que permite identificar a las víctimas de abuso sexual o trata y a aquellas en riesgo de serlo. Para ello, forma a exvíctimas de trata, para ser “agentes del cambio” en sus comunidades y que puedan ser testigos fiables en los tribunales, así como a voluntarios que conforman una amplia red de detección y notificación de casos de tráfico y explotación de personas.

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