El cardenal Walter Kasper ha salido al paso de algunas de las críticas de algunos obispos alemanes al nuevo documento del Vaticano sobre la renovación de las parroquias. En un comentario en Domradio, emisora de la diócesis de Colonia –cuyo obispo, el cardenal Rainer Maria Woelki, ha ensalzado el documento–, ha destacado que “las críticas alemanas no tienen en cuenta la preocupación real de la instrucción: la conversión pastoral hacia una comunidad misionera”. Para el purpurado esta preocupación del papa Francisco está “de gran actualidad en vista de las inquietantes cifras recientemente publicadas de salidas de la Iglesia”.
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Redescubrir la propia vocación
Para el expresidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, no es apropiado hablar de “neoclericalismo autoritario” a partir de las propuestas del texto de la Congregación para el Clero que busca reformar las parroquias y reestructurar las diócesis para servir mejor a su “singular misión de evangelización”. Una crítica que han hecho obispos como Franz-Josef Bode de Osnabrück, vicepresidente de la Conferencia Episcopal alemana o el cardenal Reinhard Marx.
Para Kasper, la clave es comprender el papel que se da a la responsabilidad común de todo el pueblo de Dios en las parroquias. “Si no conseguimos crear de nuevo un clima de aceptación, reconocimiento, significado y belleza de la vocación sacerdotal en las parroquias (con todos los problemas que existen también con todas las tareas de liderazgo secular), entonces podemos olvidarnos de todas las demás reformas”, señala el prelado yendo más allá de las orientaciones del Derecho Canónico, las únicas hasta ahora.
Frente al autoritarismo
Por ello, ha denunciado que “no hace falta decir en la cultura empresarial actual que tales empleados no son meros asistentes o receptores de órdenes”, en la relación con los laicos. Algo que “se aplica particularmente en la Iglesia, donde la responsabilidad tiene un carácter personal –en términos bíblicos, testimonio personal– y no puede esconderse detrás de estructuras y equipos de liderazgo anónimos”.
Para Kasper es una nueva oportunidad para acabar con el “autoritarismo” y las imposiciones “desde arriba”. Entre las críticas, sugirió que una consulta previa a las conferencias episcopales del mundo o el uso de un “lenguaje más positivo, alentador y apreciativo” sobre los laicos habrían mejorado el texto.
Críticas de laicos alemanes
Más allá de los obispos, el Presidente del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK), Thomas Sternberg, ha señalado que el texto se refiere “a una realidad que ya no existe”, según recoge Katholisch. “No sería la primera instrucción que simplemente se ja estrellado por falta de realismo”, sentenció.
Para el arzobispo de Bamberg, Ludwig Schick, esta instrucción traerá “más daño que bien” a la Iglesia y a su mandato misionero, profetizó. Obispos como el de Rottenburg-Stuttgart o Friburgo han señalado que seguirán con sus reformas de participación laical que dejan corto el documento.