A medida que la sociedad se acostumbra a la precariedad que deja la pandemia del coronavirus, salen a la luz problemáticas sociales pendientes. Así, este 29 de junio, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) ha presentado su Memoria Anual 2019. Un completo documento en el que, a través de las diferentes áreas de trabajo de la entidad, destaca que “se ha consolidado la labor de acompañamiento, servicio y defensa de las personas migrantes y refugiadas y su pleno acceso a la ciudadanía”, según han destacado en un comunicado.
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Acogida de calidad
Yendo a las cifras, el servicio atendió en 2019 a un total de 58.965 personas migrantes. Estas han sido acompañadas por las obras que forman parte de la red en las distintas líneas de trabajo. Así, en el área de Inclusión que trata de facilitar herramientas de integración a la población migrante en las ciudades, casi 40.000 personas fueron acompañadas en atención jurídica, laboral y psico-social individualizada; así como en todo lo necesario para la primera acogida y orientación básica, y en proyectos de empleabilidad y formación. Además, está el área de Hospitalidad, dirigida a los migrantes forzosos más vulnerables, así 460 personas han sido acogidas en residencias en más de 70 iniciativas solidarias tanto de grupos laicos, red de familias, como comunidades religiosas. En este campo, destaca el proyecto de Patrocinio Comunitario en País Vasco donde 53 de las personas acogidas eran mujeres que formaron parte de proyectos específicos de género, junto a jóvenes no acompañados.
Desde la oficina de Frontera Sur en Melilla, en la que se ofrece asesoría jurídica junto a la han sido atendidas 530 personas de 21 nacionalidades distintas ofreciéndoles asesoría jurídica. Además, en este proyecto se realiza una labor de observación de derechos humanos, en este sentido se han llevado a cabo 130 acciones legales ante distintas autoridades e instituciones.
Mejorando las condiciones
Destacable es la presencia del servicio en CIE (Centros de Internamiento e Extranjeros) donde voluntarios y técnicos visitan a los internos en 5 lugares diferentes del mapa. En 2019, además de presentar el noveno informe anual, se realizaron 1.462 visitas a 793 personas, y se llevaron a cabo 61 acciones legales con el fin de mejorar las condiciones de internamiento y trabajar por el fin de estos inhumanos centros.
Otro campo en desarrollo, es la línea de trabajo sobre Diálogo Interreligioso, consolidándose 3 espacios de sensibilización sobre la diversidad de creencias, por los que han pasado casi 7.000 personas. Además, se han porpuesta numerosas actividades de intercambio cultural, en las que han participado más de 1.600 personas.
La línea estratégica de Mujer Migrante y Trabajo del Hogar continuó con el apoyo a casi 5.000 mujeres, sobre todo en ámbito laboral y formativo. Según el documento, la labor se ha centrado en el fortalecimiento de sus líneas de defensa de derechos en espacios de trabajo de hogar y cuidados y de sensibilización hacia la opinión pública, así como incidencia con autoridades políticas. En cuanto a Ciudadanía y Participación se ha impulsado todo lo que ayudara a fortalecer lazos comunitarios en los barrios e impulsar la autonomía y la voz propia de las personas migrantes. 420 personas pasaron por espacios de participación ciudadana y unas 1.500 por iniciativas de ocio y tiempo libre. Todo ello, destaca la memoria, gracias a más de 1.200 voluntarios y casi 70 miembros de los equipos técnicos y directivos.