Tal como informó Vida Nueva, la Catedral Metropolitana de Managua (Nicaragua) sufrió el pasado viernes 31 de julio un incendio que provocó graves daños en una de las capillas de la Catedral Metropolitana, entre ellos, la destrucción del sagrario y de la imagen ‘La Sangre de Cristo’, con casi cuatro siglos de antigüedad y una de las más veneradas en ese país.
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El incendio inició cuando un hombre, que aún no ha sido identificado, lanzó una bomba molotov en el interior de la Capilla de la Sangre de Cristo, acto que el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo José Brenes, calificó de “terrorista”, para amedrentar a la Iglesia en su misión evangelizadora.
En ese contexto, el cardenal Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragüa convoco los fieles para que este domingo 2 de agosto, en todos los templos parroquiales y capillas, así como en las redes sociales lleven a cabo un día de oración, silencio, llanto y súplica por “el ultraje, irrespeto, sacrilegio y profanación a Jesús en su presencia real del Santísimo Sacramento, y ante la destruida y calcinada imagen de la Sangre de Cristo y mirando la Cruz que permanece en pie, aferrarnos a ella y clamar como lo hizo El desde el Calvario y que lo han repetido muchos cristianos en el mundo, ‘perdónalos, porque no saben lo que hacen’, ‘Señor, ten misericordia de tu pueblo’.
Para el cardenal nicaragüense, se trató de una acción demoniaca, que no solo ha herido a Jesús en el Santísimo Sacramento, a la Consagrada y Venerada Imagen de la Sangre de Cristo, a su capilla, lugar de culto, “a nuestra Iglesia Catedral, templo madre de nuestra Arquidiócesis, sino también a todos nosotros sacerdotes, religiosos, religiosas, fieles católicos, devotos de esta consagrada imagen, hombres y mujeres cercanos de buena voluntad”.
El Episcopado Mexicano se solidariza
En tanto, a través de una carta dirigida a la Iglesia que peregrina en Managua y al arzobispo Leopoldo José Brenes, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) compartió el “sufrimiento y malestar” a causa del atentado, y pidió justicia para el pueblo católico nicaragüense, que en los últimos meses ha vivido graves ataques en sus templos.
Es una “acción deplorable que se suma a muchas otras llevadas a cabo contra templos y sacerdotes en esta hermana nación”, dijo.
Tan solo en la última semana, dos iglesias nicaragüenses han sido profanadas: el miércoles 29 de julio, la capilla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Masaya, fue profanada; varias personas no identificadas ultrajaron el sagrario y pisotearon las hostias consagradas, robaron la custodia y el copón, rompieron imágenes y quebraron bancas.
Cinco días antes, también en Masaya, la capilla de Nuestro Señor de Veracruz fue profanada; se robaron el equipo de sonido y las alcancías.
Justicia y paz, pide la CEM
Los obispos de México también señalaron que el ambiente de violencia, especialmente contra la Iglesia, “es un clamor que fuertemente se levanta, pidiendo justicia y paz para todo el pueblo”.
“El Episcopado Mexicano se une fuertemente con ustedes, se solidariza y se hace cercano a través de la oración y de la Eucaristía, implorando al Señor Jesús el Príncipe de la Paz, para que vuelva la armonía y la paz a su comunidad eclesial, herida dolorosamente en su piedad y en su fe”.
El texto, firmado por el presidente de la CEM, el arzobispo Rogelio Cabrera López, y por el secretario general de la conferencia, el obispo Alfonso Miranda Guardiola, concluye con una súplica a la Santísima Virgen de Guadalupe, Emperatriz de América, para que su maternal intercesión caiga sobre la Iglesia en Managua y sobre todo su pueblo.