El papa Francisco ha instado hoy a todos los cristianos, al término de la audiencia general de los miércoles, rezar por el Líbano, tras la explosión ayer en el puerto de Beirut que ha causado docenas de muertos y miles de heridos. El Pontífice ha pedido que, “con el compromiso de todos sus componentes sociales, políticos y religiosos, pueda enfrentar este momento trágico y doloroso y, con la ayuda de la comunidad internacional, superar la grave crisis que está atravesando”.
Jorge Mario Bergoglio ha retomado hoy las audiencias generales, después de su mes de descanso de julio. Una vez más, desde la Biblioteca del Palacio Apostólico y sin fieles, debido a las restricciones sanitarias por el coronavirus, el Papa ha centrado su discurso en la pandemia, que “sigue causando dolor y sufrimiento en toda la humanidad, sembrando muerte y un sinnúmero de enfermos. Además, muchas personas y familias viven un tiempo de incertidumbre por los problemas socioeconómicos que ha producido y que producen, y que golpean sobre todo a los más pobres”.
Para Francisco, “esta experiencia dramática nos invita a tener nuestra mirada puesta en Jesús que hace presente el Reino de Dios en medio de nosotros; reino que sana y que salva; reino de justicia y de paz, que se manifiesta con las obras de caridad que, a su vez, incrementan la esperanza y refuerzan la fe”. “Fe, esperanza y caridad que no son simples sentimientos o actitudes -ha continuado-, sino virtudes infusas en nosotros por la gracia del Espíritu Santo, dones que nos curan y nos ayudan a curar a los demás, que nos abren nuevos horizontes aun en medio de las tempestades”.
Como ha recalcado, “el Evangelio nos muestra a Jesús que sanaba a los enfermos, no solo de sus padecimientos físicos, sino también de sus sufrimientos morales. Los sacaba de su aislamiento para que se incorporaran de nuevo en la comunidad. Lo vemos, por ejemplo, en la curación del paralítico de Cafarnaúm, pues Jesús no solo lo libra de su parálisis, sino que le renueva la vida tanto a él como a sus amigos, a través de un encuentro personal y social”.
En los saludos a los fieles de las distintas lenguas, se ha detenido en los de español y les ha recordado que “Dios nos invita a colaborar con Él y, como discípulos de Jesús, médico de las almas y de los cuerpos, continuar con su obra de curación y de salvación, en sentido físico, espiritual y social”. Y ha agregado: “Que el Señor nos conceda trabajar todos juntos, con un espíritu creativo y renovado, en la construcción de un mundo mejor, lleno de esperanza para las futuras generaciones. Que Dios los bendiga”.
Por último, el Papa ha desvelado que en las próximas semanas abordará las enfermedades sociales de la pandemia en sus catequesis semanales. “Lo haremos a la luz del Evangelio, de las virtudes teologales y de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Exploraremos juntos cómo nuestra tradición social católica puede ayudar a la familia humana a sanar este mundo que sufre de enfermedades graves”, ha subrayado.