Poco a poco vuelven a retomar su actividad habitual los cines –a la vez que se han revalorizado aquellos que ofrecen sus proyecciones al aire libre– y se retoman algunos estrenos en las carteleras españolas. Entre las propuesta veraniegas que trae la productora A Contracorriente Films, la misma que ha distribuido ‘Cinema Paradiso’ para la reapertura de salas, está ‘La familia que tú eliges’. Título en español de la cinta estrenada en marzo en Estados Unidos –donde ya es la película independiente más taquillera del año– con el título ‘The Peanut Butter Falcon’, el halcón de crema de cacahuete. Otra propuesta de valores y superación que acaban de estrenar es ‘¡Qué suene la música!’
El argumento no es complejo y se puede decir que incluso es previsible, aunque esto da igual. El protagonista es Zak, un joven con síndrome de Down que se escapa, sin pantalones o dinero, de la residencia de ancianos de Carolina del Norte donde las autoridades lo han acogido al haber sido abandonado por su familia. Al ver que no es su ambiente, decide escaparse para cumplir el sueño de ser luchador profesional tras haber visto miles de veces la única cinta de vídeo que tiene.
En su huida se encuentra con Tyler, un joven arruinado que delinque para sobrevivir y que se convertirá en compañero de camino, mientras huye de unos pescadores con malas pulgas. A ellos se les sumará la asistente social del centro Eleanor. Juntos recorrerán un centenar de kilómetros hasta la antigua escuela de un luchador retirado. El camino no solo será a través de los Bancos Externos de Carlina del Norte; es, sobre todo, un camino de purificación interior para los tres personajes que interpretan Shia LaBeouf (de la saga ‘Transformers’ o la juvenil ‘Hoyos’), Dakota Johnson (‘Cincuenta sombras de Grey’) y el actor revelación Zack Gottsagen.
Algunos detalles ayudan a comprender los valores que refleja la película que, en sintonía con el cine cristiano estadounidense auspiciado por productores cercanos al mundo protestante contiene un bautismo explícito y dos oraciones en forma de canción.
“No puedo ser un héroe porque soy un síndrome de Down”, es la lección que ha sacado Zak en la residencia en la ha hecho amigos pero no ha cumplido sueños. La dinámica del bien y el mal llena una pantalla en la que el mundo es presentado como una lucha entre los buenos y los malos, utilizando símbolos bíblicos como las ovejas descarriadas o los fantasmas del pasado. “Que todos los lobos de vuestro pasado descansen en paz”, es el deseo de un pastor ciego que se cruza en el camino de los protagonistas. La familia –o la nueva familia– es la respuesta que hará posible que se cumpla esa profecía.
Oh, mi Señor, no puedo esperar. Nos hemos desgastado de las maneras más difíciles. Con lo que me ha pasado en estas largas noches, estoy empezando a creer. No estoy tan roto como algunos me ha hecho creer. ¿Qué es lo que hace que una casa sea un hogar? Lleva tanto tiempo huyendo que cuando te conocí, no podía dejarte.. ¿Qué es lo que hace que una casa sea un hogar?”, es la oración final de este camino de purificación hacia el futuro.