En un evento celebrado a través de la plataforma Zoom el pasado 10 de agosto, el sacerdote Luis Gerardo Moro Madrid, provincial de la Compañía de Jesús en México, resaltó el trabajo del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) Jesuitas por la Paz, sobre el cual, dijo: “han sido cinco años de buscar y construir, jesuitas y laicos, las formas de atender las causas culturales y estructurales de la violencia”.
El religioso señaló que actualmente están ante una nueva planeación del trabajo de la Provincia, y la violencia sigue siendo uno de los principales desafíos del país; “unido a esto, vemos cómo la pandemia Covid-19 ha evidenciado que nos faltan habilidades para convivir y reconciliarnos tanto entre la familia como entre los vecinos”.
El Provincial de la Compañía de Jesús en México aseguró que el CIAS Jesuitas por la Paz ofrece caminos de esperanza a la Iglesia y a las comunidades donde trabaja; “su experiencia es fundamental para consolar a un país deseoso de trasformaciones desde la raíz”.
Moro Madrid felicitó al CIAS por sus cinco años de vida, en los que han abierto “caminos para la paz con su acción y su investigación”, así como por “construir una familia ignaciana al servicio de las comunidades afectadas por la violencia y deseosas por construir la paz; y construir puentes entre las instituciones para atender un problema común”.
Además, reconoció el trabajo -como director del CIAS- del sacerdote Jorge Atilano González Candia, a quien agradeció por “ayudarnos a soñar que otro mundo es posible; su visión, su entrega, su espíritu de reconciliación han sido claves para el nacimiento de esta obra”.
Durante el encuentro virtual se llevó a cabo el cambio de dirección, pues en adelante el centro estará dirigido por el sacerdote recién ordenado Luis Manuel Vizcaino Guevara, quien venía fungiendo como subdirector.
El nuevo director resumió lo que será su forma de trabajo, que incluye, entre otras acciones, el concentrarse en los avances logrados por la Pedagogía del Buen Convivir, así como en el trabajo en territorio, además de que –dijo- se atenderá la necesidad de seguir profesionalizando sus procesos y buscando innovar y dar respuestas creativas a las nuevas crisis.
El CIAS ha llevado a cabo proyectos de reconstrucción del tejido social en las localidades de Cherán, Tancítaro y Tangancícuaro (Michoacán); Parras (Coahuila); Celaya, (Guanajuato); Iztapalapa (Ciudad de México); Huatusco (Veracruz), y Chilón-Citalá (Chiapas).
El CIAS parte de diagnósticos barriales, usando categorías descriptivas que permiten relacionar problemas, situaciones o dimensiones; estas categorías son: la identidad, los vínculos y los acuerdos.
Este modo de analizar la realidad –según el CIAS- ha permitido encontrar causas culturales y estructurales a la violencia en México, y de ahí surgieron los seis componentes del programa de reconstrucción del tejido social: reconciliación familiar, educación para el buen convivir, economía social y solidaria, gobierno comunitario, participación comunitaria y espiritualidad eco comunitaria.
Asimismo, durante la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia del Covid-19, el CIAS, respaldado por la Conferencia del Episcopado Mexicano, propuso las Redes Vecinales de Solidaridad, como un sistema que permitirá atender las necesidades más urgentes de alimentación, salud y atención emocional de la gente.