El arzobispo de Bogotá hace un llamado a la esperanza para enfrentar el dolor que causa la pandemia

El arzobispo de Bogotá hace un llamado a la esperanza para enfrentar el dolor que causa la pandemia

Ante el dolor causado por el “acoso de la pandemia”, el arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio, ha publicado una Carta Pastoral a la Familia, con un apremiante llamado a la esperanza: “les escribo esta carta con el anhelo de fortalecer su esperanza“, se lee al inicio de la misiva.



Parafraseando a san Agustín, Rueda Aparicio invita a no desfallecer ante las difíciles circunstancias actuales: “reza como si todo dependiera de Dios, trabaja como si todo dependiera de ti”.

Su mensaje se desglosa en ocho actitudes con las que el arzobispo desea acompañar a las familias “en esta etapa de la humanidad, tan sorpresiva y exigente”, en comunión con los obispos auxiliares, vicarios episcopales, arciprestes, párrocos, diáconos permanentes, religiosos y religiosas, de todas las parroquias de Bogotá: “con ustedes somos el Pueblo de Dios en camino, con el nuevo ritmo que nos da a todos la esperanza“, asegura.

1. Todos somos frágiles

La conciencia de la fragilidad no es ajena a la virtud esperanza. “Nos duele el sufrimiento de tantas familias que han vivido el drama del contagio, la incertidumbre provocada por las limitadas posibilidades de atención y la muerte de sus seres queridos sin posibilidad de despedirlos”, asevera el arzobispo de Bogotá, sin dejar de recordar la situación de los que han perdido su empleo, la vulnerabilidad de quienes realizan trabajos informales, pero también el drama que padecen quienes se encuentran solos o en situación de calle, lo mismo que los migrantes y desplazados por los conflictos sociales. 

Rueda Aparicio también tiene una palabra de solidaridad para “los médicos, las enfermeras y todo el personal sanitario, quienes atienden de manera directa el dolor de los enfermos”. 

2. Todos nos necesitamos

La segunda afirmación, consecuencia de la primera, apela a la solidaridad como motor de esperanza. “Lo que podamos aportar para que los otros se sientan acogidos, acompañados, consolados y atendidos, hace parte del ser comunidad de hermanos”, recuerda el pastor, quien también advierte que “la peor de las fragilidades es aquella que nos hace indiferentes o egoístas aún en medio de tanto dolor”.

3. La esperanza nos da un nuevo ritmo

Al recordar las limitaciones de la ciencia, la economía y la política para afrontar la pandemia, el arzobispo de Bogotá apela a “una esperanza con hospitalidad, fraternidad, y solidaridad” que, por supuesto, sugiere un nuevo ritmo de vida, porque “necesitamos una gran esperanza que no sea destruida por un virus, que no sea destruida por el miedo“.

4. Actitudes renovadas

Para materializar este “nuevo ritmo” en la esperanza, son necesarias algunas actitudes renovadas porque “es bueno que esa esperanza se manifieste, salga y se ponga en camino con pasos visibles y concretos“. Rueda Aparicio apuesta por la misericordia, el encuentro, el diálogo y la austeridad, y a cada una de estas actitudes dedica un espacio en su Carta Pastoral.

5. La misericordia

El abrazo misericordioso del Padre es capaz de desencadenar acciones de misericordia por los demás. “Podremos manifestar la misericordia recibida del Padre en misericordia servida a los hermanos, realizando diariamente las obras de amor que estén a nuestro alcance, hasta que ellas se conviertan en el estilo de vida personal y familiar“, anima el pastor de los bogotanos. 

6. El encuentro

Quien se encuentra con Cristo se encuentra consigo mismo, con los otros, con la creación, y asume el riesgo de ayudar a construir un mundo de fe, esperanza y amor”, afirma Rueda, exhortando a vivir al encuentro permanente con Jesús en la oración, en los sacramentos y en la Palabra. 

7. El diálogo

El arzobispo de Bogotá promueve la actitud del diálogo en familia “con verdad y respeto”. En particular, el diálogo “para percibir las diferencias, para salir de la indiferencia y escuchar los clamores de quienes sufren, de las víctimas, de quienes se sienten descartados de la sociedad“.

“El diálogo es el camino para la reconciliación social, porque nos lleva a valorar al que piensa distinto”, defiende Rueda, advirtiendo que su ausencia conduce a la tiranía, el fanatismo y la guerra. Por eso “hoy estamos llamados a ser misioneros del diálogo en la familia y en la sociedad“.

8. La austeridad

Finalmente, el primado de Colombia hace un llamado a la austeridad: “la sobriedad vivida con gratitud, sin amargura, nos permite valorar lo poco que tenemos, nos permite evitar el desperdicio, nos enseña el compartir fraterno, nos enseña un nuevo ritmo que nos da felicidad y nos libera del consumismo, nos proporciona la riqueza de la sabiduría”.

Evitar la acumulación, buscar lo esencial y lo fundamental se hace necesario en un nuevo estilo de vida que nos conduzca a ser “más humanos, más solidarios y por tanto más cristianos“, concluye Rueda Aparicio.

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