No ha sido un año fácil en Lourdes debido a las consecuencias de la pandemia del coronavirus. Por ello, en la semana en la que la Iglesia en Francia celebra su peregrinación nacional –la número 147– con números reducidos y con un alto componente online, la celebración principal este 15 de agosto la ha presidido el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin. Una celebración en la basílica de San Pío X que ha sido transmitida por pantallas en el entorno del santuario y por la televisión católica francesa.
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Consuelo y esperanza
“Nos dirigimos a María con inmensa confianza, con la firme seguridad de que nos escuchará”, ha destacado Parolin en una celebración en la que ha transmitido la cercanía del papa Francisco. Para el cardenal, María “se nos muestra como un signo de consuelo y esperanza segura”, y esto es aún más relevante en el contexto de la pandemia y los conflictos que afligen a nuestro mundo, “un mundo que conoce la oscuridad, el miedo, la dominación ciega y asesina, la competencia desleal, la explotación del hombre por el hombre y la desorientación”, según recoge Vatican news.
Parolin invitó a todos a “no tener miedo”, no “retirarse”, no “ser sumisos”. Pidió, en sintonía con las lecturas de la liturgia, saber “transformar el desierto en un refugio seguro” con alegría y no con violencia. “Vivir todo esto y pertenecer al Señor crucificado y resucitado, pertenecer a la comunidad de los llamados a la salvación, significa por lo tanto recibir el don de la fiesta”, añadió.
El cardenal definió Lourdes como una “gruta abierta” donde brilla la misma luz que la tumba abierta y vacía de Jesús y de la fraternidad. Una luz que llega a los humildes y los pobres para que se conviertan en “maestros de la fe del Pueblo de Dios” y “puerta del misterio del Salvador”.