El 15 de agosto en Bilbao es la fiesta de la Virgen de Begoña, por ello el obispo Mario Iceta ha presidido la celebración principal en la Basílica de Begoña, donde se ha suspendido la habitual subida de los fieles a pie y se han controlado los aforos ya que el País Vasco se encuentra en una situación delicada por los rebrotes por el coronavirus.
Iceta, en su homilía, ha pedido a todos “responder con responsabilidad y generosidad a lo que las autoridades proponen” y ha llamado la atención sobre quienes sufren las “consecuencias sociales y económicas” de la pandemia. Por ello ha pedido reflexionar sobre “este momento histórico que vivimos” e interpretarlo desde “el misterio del mal que acompaña nuestra existencia”, porque “Dios no nos abandona”, según ha recogido Europa Press.
Ha insistido a los fieles, que no se dejen “abatir por la desesperanza” y ha tenido un recuerdo por “quienes lloran por los familiares y allegados”. Además, ha pedido a todos que se impliquen para que “la persona sea el centro y se eviten múltiples descartes de los desfavorecidos para que nadie quede atrás”. “En este tiempo necesitamos responder con responsabilidad y generosidad a lo que las autoridades nos proponen para prevenir los contagios”, sentenció.
En la basílica ha estado presente el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, junto con representantes del Consistorio; la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, y el consejero y portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka. El obispo ha agradecido la labor de las instituciones y les ha pedido que cuenten con la Iglesia “en todo aquello que pueda servir para aliviar a nuestros hermanos y hermanas en estos momentos de dificultad”.