Con un llamado a “fomentar el bienestar integral de nuestros niños y niñas, proteger y promover sus derechos, y cultivar la fraternidad entre ellos”, el arzobispo de Trujillo y presidente de la Conferencia Episcopal de Perú (CEP), Miguel Cabrejos Vidarte, se une a la celebración del Día del Niño en Perú este domingo 16 de agosto.
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El impacto de la pandemia en la niñez
“Esta celebración se ha visto afectada por la pandemia en nuestro país, y por el lamentable incremento de niños contagiados por el Covid-19 en las últimas semanas”, ha dicho el también presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) a través de un mensaje en el que muestra una particular preocupación “por los niños y niñas que han quedado huérfanos al haber perdido sus padres en esta pandemia“.
En este sentido, Cabrejos Vidarte ha hecho un llamado a los padres de familia a continuar con la gran responsabilidad de “mantener un ambiente sano, saludable, sereno y seguro dentro de los hogares”, que sea prenda de garantía para su desarrollo, al tiempo que exhorta a la sociedad a “apoyar todas las iniciativas para lograr este fin”, haciendo eco al llamado del papa Francisco: “no dejemos de dar un gesto de ternura hacia los niños”.
El cuidado de los menores como prioridad
Evocando el Documento de Aparecida, el presidente de la CEP recuerda que “los niños son don y signo de la presencia de Dios en nuestro mundo“, instando a que “se hagan sostenible tanto el reconocimiento de su cuidado, como las iniciativas a favor de la defensa y de su promoción integral, en medio de un mundo que cambia”.
En comunión con el papa Francisco, que ha invitado a oración por las familias, el arzobispo de Trujillo pide que se ayude a los menores a “adaptarse a esta nueva normalidad” y a “evitar cualquier forma de violencia doméstica hacia ellos, que constituye otra pandemia que subsiste y se acentúa“.
Concluye Cabrejos Vidarte exhortando a que “sigamos construyendo un mundo más seguro y solidario para nuestros niños”, advirtiendo que “la sociedad que abandona a sus niños está condenada para siempre al fracaso“.
