¿Dios aparece en el rock-heavy más allá de ser diana de chanzas y dardos hirientes? Y tanto… Basta con adentrarse en esta canción de Los Suaves, ‘Víspera de Todos los Santos’, para encontrarnos con una mirada a la que, lejos de dejarle indiferente la muerte, esta le duele hasta escocer.
¿Exageración? Adentrémonos en los siguientes versos… “Era cuando la edad vencida / dice: ¿donde vas pobre loco? / Abrazando causas perdidas, / mujeres perdidas, corazones rotos. / El primero o el último día, / da igual, quedan solo unos cuantos, / Dios se cansó de dar cuerda a mi vida, / víspera de Todos los Santos”.
¿Acaso no duele cuando “el reloj, tic-tac, causa heridas / mientras la vida te va suicidando”? Sin duda que es así: “Solo Dios conoce el último día, / la ultima hora. Sonríe callando / el último número de la lista, / víspera de Todos los Santos”.
Camus o Unamuno, desde el alarido agónico, podrían afirmar lo siguiente que claman desde la llamarada Los Suaves: “Naces solo. Mueres solo. / No te engañes, solo vas viviendo”.
Así, a través del alarido doliente, vamos llegando al ocaso de la canción, ya preñada completamente de pasión y poesía: “Llegó por fin el mejor día, / martes y trece o Viernes Santo. / Los perros me hacen compañía, / ladran cuando estoy llorando. / Es cuando, muerto de envidia, / miras al mundo pasar paseando. / Los caminos son navajas frías, / víspera de Todos los Santos”.
Y así es como llegamos al final, al abrazo desesperado a la vida en la que, tras cerrarse los ojos para siempre, estos no se vuelven a abrir: “Furiosa la muerte, me hace signos. / Cerca, muy cerca, me va llamando. / Me voy como se cierra un libro, víspera de Todos los Santos”. Y es que, puesto que “naces solo” y “mueres solo”, los hijos de Nietzsche apelan a la comunidad: “Allí estaremos juntos, / Día de Fieles Difuntos”.
¿Todas las canciones sobre Dios han de estar preñadas de una fe a prueba de bombas? ¿O también se puede tratar de crear belleza desde el sentimiento transcendente de dolor? Que se lo digan a los benditos heterodoxos que jamás dejaron de buscar…