El arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, Luis José Rueda Aparicio, ha sentado su posición frente al horror de la guerra que en distintas regiones “sigue pisoteando la vida humana”: “podemos estar con ‘tapabocas’ pero no podemos callar ante la creciente violencia que se ensaña contra nuestros pueblos, como un monstruo destructor que crece en nuestro país“.
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Muerte y de miedo
A través de un comunicado, el prelado ha rechazado con vehemencia las masacres perpetradas contra jóvenes en Cali y en Samaniego, en los departamentos de Valle del Cauca y Nariño, respectivamente. “De ninguna manera podemos callar ante el hostigamiento y presión despiadada de los grupos armados ilegales contra las comunidades rurales y urbanas, con lo cual limitan la libertad de nuestros pueblos, generan una anticultura de muerte y de miedo”, ha dicho el arzobispo de Bogotá.
Rueda Aparicio expresa su indignación ante la tragedia que vive el país, que día a día padece la ‘pandemia’ de la muerte violenta de sus líderes sociales y de decenas de defensores de los derechos humanos y del proceso de paz: “no podemos callar ante grupos que torturan a campesinos, indígenas, afrocolombianos, a hombres y mujeres. No podemos callar ante las amenazas y asesinatos de reincorporados en el proceso de paz, no podemos callar cuando fuerzas macabras pretenden destruir a sangre y fuego la esperanza de los colombianos“.
Al recordar el mensaje del papa Francisco de este año para la Jornada Mundial de Oración por la Paz, subraya que la guerra se revela como un fratricidio que “nace en el corazón del hombre por el egoísmo y la soberbia, por el odio que instiga a destruir, a encerrar al otro en una imagen negativa, a excluirlo y eliminarlo”.
Clamor por la paz, la vida y la reconciliación
En su clamor por la paz, la vida y la reconciliación en las ciudades y en los campos, el arzobispo de Bogotá hace mención de la realidad que padecen, de modo particular, los habitantes de Chocó, Valle del Cauca, Cauca, Nariño, Putumayo y la región Amazónica, Arauca y los llanos, el Catatumbo, el Magdalena Medio, el Bajo Cauca Antioqueño, Córdoba y Urabá.
“No podemos esperar más. En medio de la pandemia llamamos a un cese al fuego, llamamos a combatir unidos contra el narcotráfico, llamamos a la reconciliación social, política, económica y ecológica”, insiste el Primado de Colombia.
Su llamado se dirige particularmente a los líderes del país “en todos los escenarios y de todas las vertientes”, a quienes convoca a trabajar unidos “para implementar la cultura del diálogo veraz, responsable y fraterno“.
Finalmente, Rueda Aparicio exhorta a construir “un pacto ciudadano por la paz, por la vida y la reconciliación” que supere “la perversión de nuestras relaciones sociales” y “el miedo recíproco que nos obliga a vernos como enemigos”. “No nos encerremos en eternas polémicas estériles mientras los más pobres en nuestras regiones y en las periferias de nuestras ciudades quedan abandonados a la indiferencia total, a la muerte como noticia que llega y simplemente pasa”, concluye.