A los pocos días de clausurarse en Wisconsin la Convención Demócrata que ha respaldado oficialmente a Joe Biden para tratar de alcanzar la presidencia en Estados Unidos, ayer dio comienzo la Convención Republicana en la que se nominará a Donald Trump para que renueve su mandato en la Casa Blanca.
Al igual que los religiosos James Martin y Simone Campbell participaron con su oración en el encuentro demócrata, el cardenal de Nueva York, Thimoty Dolan, ha dado su bendición en el acto republicano. Algo que le ha acarreado numerosas críticas, de las que él mismo se ha defendido desde su cuenta de Twitter.
“Como sacerdote –ha escrito–, una de mis obligaciones más sagradas es tratar de responder positivamente cada vez que me invitan a orar. Es por eso que acepté una invitación a orar en la Convención Nacional Republicana. Mi disposición a orar no constituye un respaldo a ningún candidato, partido o plataforma”.
De hecho, Dolan ha recalcado que, de haberle invitado a la Convención Nacional Demócrata, habría ido igualmente. Algo, por cierto, que demuestra la historia más reciente, pues elevó su oración en la clausura de la Convención Demócrata en 2012, cuando se eligió a Barack Obama para que buscara la reelección presidencial, que finalmente consiguió. Una presencia, por cierto, que compaginó con su participación, en las mismas fechas, en la cumbre republicana, donde se respaldó a Mitt Romney.
Entre los muchos a los que no ha convencido este último argumento de Dolan está el religioso agustino estadounidense Brian Frawley, quien, en un artículo en la CNN, recuerda que “eso fue hace ocho años. Eso fue antes de que la nación tuviera la oportunidad de experimentar que este presidente [por Trump] y sus facilitadores republicanos no solo usaban un lenguaje degradante para obtener apoyo para mantener alejados a los inmigrantes, sino también separar a las familias en la frontera y colocar a los niños en lo que muchos considerarían condiciones inhabitables”.
“Eso fue –reitera– antes de los gases lacrimógenos contra los manifestantes pacíficos (…) o el lenguaje racista y sexista que Trump ha usado continuamente contra quienes se atreven a desafiarlo o a desafiar sus políticas”.
“Aunque Trump –concluye Frawley– se identifica como presbiteriano, se sabe que se ha referido a sí mismo como el mejor presidente de la Iglesia católica en la historia de nuestra nación. Y, sin embargo, existen grandes diferencias entre Trump y su oponente demócrata católico, el exvicepresidente Joe Biden (…). No son solo sus diferencias en política y personalidad las que se harán evidentes; aún mayores son sus diferencias en la forma en que parecen estar guiados por su fe”.
En cuanto al contenido en sí de la oración de Dolan, reproducido por America Magazine, en ella el purpurado reclama que “debemos orar como ciudadanos agradecidos de un país que audazmente afirma ser una nación bajo Dios. Debemos orar, alabando al Señor, por un país donde la libertad de religión es tan apreciada. Donde, tanto los republicanos como los demócratas, comienzan sus convenciones inclinando sus cabezas en oración”.
Concretamente, el arzobispo de Nueva York ha reiterado que “debemos orar por los que sufren de Covid-19 y por los fatigados líderes que se preocupan por ellos y por todos nosotros. Debemos orar para que todas las vidas sean protegidas y respetadas en nuestras ciudades atribuladas, así como por la policía que las custodia en situaciones mundiales tensas donde nuestros hombres y mujeres de uniforme mantienen la paz”.
Dolan también ha pedido rezar “por la vida inocente del bebé en el útero, por nuestros mayores en cuidados de enfermería y hospicio, por nuestros inmigrantes y refugiados, por aquellas vidas amenazadas por la persecución religiosa en todo el mundo o por la peste, el hambre, las drogas, la trata de personas o la guerra”.
“Oremos –ha concluido– en acción de gracias, querido Dios, por la democracia. Pedimos tu mano, Padre Todopoderoso, sobre esta convención y los nominados de ambas partes, y sobre la sabiduría de un electorado tan ansioso por cumplir con su deber de ciudadanía fiel”.