La Iglesia alemana está inmersa en un proceso de discernimiento para dilucidar cuál es la senda en la que ha de caminar hacia la fe en las próximas décadas. No solo por el Sínodo nacional en el que se plantean sin ambages cuestiones como el papel de la mujer en la Iglesia (incluido su posible acceso al sacerdocio, cuyo debate ha reclamado estos días el obispo de Hamburgo) o la acogida a los homosexuales en sus comunidades, sino por su posicionamiento crítico sobre las nuevas directrices para la catequesis en la Instrucción difundida meses atrás por la Santa Sede.
Un punto, este último, que ha sido acogido positivamente por el prefecto de la Congregación para el Clero, el cardenal Beniamino Stella, quien ha invitado a una representación de la Iglesia alemana a a que acuda a Roma y dialoguen de primera mano sobre qué puntos consideran mejorables en los concerniente a la catequesis.
Propuesta que no ha tardado en ser respondida con un “sí”, anunciándose desde Alemania que acudirán al Vaticano para verse con Stella un grupo de obispos y laicos encabezados por el obispo de Limburgo, Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal.
Como cuenta Dom Radio, así lo acordaron en su reunión de este lunes 24 de agosto, en Würzburg, los 27 obispos del país. Dentro de la diversidad de opiniones que se constató sobre la invitación de acudir a Roma (algunos entienden que es un modo de “controlar” su discernimiento local), se hizo hincapié en que debían de viajar acompañados de los laicos, pues ellos son “tan importantes” como los sacerdotes en el día a día de las parroquias.
Ahora, entiende Dom Radio, los pastores germanos han dejado la pelota en el tejado de Roma. Y es que, puesto que la invitación para dialogar se dirigía a los obispos, ¿es posible ahora una marcha atrás al incluirse en el proceso a los laicos?
Un claro ejemplo del sentir de los obispos alemanes en esta cuestión lo ha expresado el cardenal Reinhard Marx (miembro del C-6 que aconseja al Papa en la reforma eclesial), quien ha admitido que “es un poco extraño cuando un documento viene de Roma sin haber sido discutido con nosotros”. Además de este aparente centralismo, muchos pastores insisten en que, sin contar con los laicos de igual modo que con los sacerdotes, todo intento de reformar las parroquias nacerá ya muerto.