Las toneladas de petróleo crudo que ha vertido el barco japonés MV Wakashio, que encalló el pasado mes de julio en la costa de Isla Mauricio, están dañando gravemente la biodiversidad de la zona. Pero también a las principales fuentes de riqueza para la población: la pesca y el turismo.
“Estamos muy agradecidos al Papa por haber hablado de la isla de Mauricio y del gran desastre ecológico que se produjo en una de las lagunas más hermosas de la zona sur debido al derrame de petróleo del barco que encalló en la barrera de coral”, ha dicho a Vatican News el cardenal arzobispo de Port-Louis, Maurice Piat. Y es que Francisco dedicaba el pasado domingo, tras el rezo del ángelus, un llamamiento a la participación comunitaria, especialmente de los jóvenes, ante la situación por la que atraviesa la isla.
“Los mauricianos han trabajado duro, voluntaria y generosamente para intentar limpiar la zona pero lamentablemente se ha hecho un gran daño y la vida de los pescadores que viven en la costa está completamente trastornada porque todo está vinculado al mar”, ha explicado el cardenal.
“Estamos muy tristes y mucha gente está enojada porque se permitió que el barco se acercara tanto y nadie reaccionó de inmediato. En la fiesta patronal de la isla hubo un momento de oración común por lo sucedido y de encomienda para invocar la protección de nuestro país”, ha añadido. Sin embargo, el purpurado no tiene esperanza de que la pesca y el turismo puedan reanudarse antes de “4 o 5 años”.