El limosnero del Papa se lleva a personas sin hogar a la playa, les invita a pizza y Francisco paga la cuenta

El cardenal limosnero del Papa, Konrad Krajewski, ha pasado estos últimos días de verano en la playa de Passocuro-Palidoro, en la costa del Lazio. Pero no está solo, sino acompañado, cada día, por un grupo de entre 13 y 15 vagabundos de la capital italiana, a quienes el Papa “desea devolver la dignidad” a través de unas “vacaciones cortas pero regeneradoras”, que consisten en pasar una tarde en el mar y, después, cenar en una pizzería.

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“Estas personas necesitan desesperadamente escapar durante unas horas de la triste y dura realidad cotidiana, de la que nunca se van. Por eso Francisco me pidió que los acompañara al mar y a una pizzería”, ha explicado el cardenal a La Stampa. Los grupos están formados de tal manera que los que van en este corto viaje hacia el mar puedan dialogar. “Siempre en total cumplimiento de las reglas anti Covid”, afirma el purpurado, ya que los grupos están formados siempre por personas que viven juntas.

Las “pizzas pontificias”

“A todos les proporcionamos material de playa: toallas y bañadores”, dice, y, a las 19:30, “todos a la pizzería, sentados al aire libre, para comer las grandes ‘pizzas pontificias’, porque las paga el Papa”. “En la mesa hablamos del día, pero sobre todo compartimos espontáneamente nuestros respectivos problemas, preocupaciones, ansiedades, frustraciones. Todos cuentan su historia, su sufrimiento y su dolor. Pero también intentas bromear”, apunta.

“Ese es el momento más importante, que dura hasta tres horas: estas personas necesitan desesperadamente abrirse, expresarse, hablar y ser escuchadas. Sentirse libre. Recibir miradas cariñosas. De amistad”, añade. Y es que, durante estas cenas, “vuelven a tener rostros iluminados por la alegría de la dignidad”.

“Mañana partimos de nuevo: el minibús y los coches del Vaticano están listos para otra misión de bien en la playa de Passoscuro”, asevera. Y, este mes de septiembre, Krajewski explica que “también llevaremos al mar a las mujeres con trastornos mentales atendidas por las Hermanas de la Madre Teresa”.