El confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus ha propiciado imágenes inéditas durante décadas en muchas grandes ciudades: cielos despejados de contaminación, ríos de aguas cristalinas y calles en las que paseaba la fauna salvaje. En su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que se celebra hoy, el papa Francisco invitó a aprender de esa experiencia para redescubrir “estilos de vida más sencillos y sostenibles”.
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“Debemos examinar nuestros hábitos en el uso de energía, en el consumo, el transporte y la alimentación. Es necesario eliminar de nuestras economías los aspectos no esenciales y nocivos y crear formas fructíferas de comercio, producción y transporte de mercancías”, pidió el Pontífice en su mensaje, invitando a aprovechar este momento para “acabar con actividades y propósitos superfluos y destructivos” y cultivar en cambio “valores, vínculos y proyectos generativos”.
Tras recordar cómo con la jornada de hoy comienza el Tiempo de la Creación, que finaliza el 4 de octubre, en memoria de san Francisco de Asís, Jorge Mario Bergoglio deseó que los cristianos vivan este período como un “Jubileo de la Tierra” en el que tomen conciencia de que “no se puede vivir en armonía con la creación sin estar en paz con el Creador, fuente y origen de todas las cosas”.
Esta celebración ecuménica anual de oración y acción por el medioambiente debe ser para los fieles un momento en el que volcarse de nuevo “en los pobres y en los más vulnerables”, así como en los “oprimidos” y quienes sufren las diferentes formas de esclavitud moderna, como la trata y el trabajo infantil. También pidió el Papa que este Jubileo sirva para escuchar “la voz de la creación nos urge, alarmada, a regresar al lugar correcto en el orden natural, a recordar que somos parte, no dueños, de la red interconectada de la vida”.
Codicia consumista
En su mensaje, Francisco alertó sobre la “codicia desenfrenada del consumo”, que entre otros problemas, provoca “la desintegración de la biodiversidad, el vertiginoso incremento de los desastres climáticos y el impacto desigual de la pandemia en curso sobre los más pobres y frágiles”. El estilo de vida de buena parte de la población “empuja al planeta más allá de sus límites” y agota los recursos.
“Los bosques se desvanecen, el suelo se erosiona, los campos desaparecen, los desiertos avanzan, los mares se vuelven ácidos y las tormentas se intensifican: ¡la creación gime!”, lamentó el obispo de Roma, que pidió encontrar un estilo de vida más “equitativo y sostenible”, que brinde a la Tierra “el descanso que se merece” y ofrezca “medios de subsistencia suficientes para todos”.
En su texto, el Papa renovó el llamamiento para cancelar la deuda de los países más frágiles debido a la pandemia, exigió proteger a las comunidades indígenas frente a las multinacionales e invitó a hacer todo lo posible para limitar el crecimiento de la temperatura media global por debajo del umbral de 1,5 grados centígrados.