La Presidencia de la Confederación de Conferencias Episcopales de Europa ha expresado hoy, 3 de septiembre, por medio de un comunicado, la cercanía de todo el episcopado Europeo a Tadeusz Kondrusiewicz y a la iglesia de Bielorrusia.
Y es que, el pasado 31 de agosto pasado, cuando Kondrusiewicz, arzobispo de Minsk y presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Bielorrusia, se disponía a regresar de un viaje a Polonia donde había participado en las celebraciones en honor de la Virgen de Częstochowa, encontró que no podía volver a su tierra natal.
Kondrusiewicz se ha presentado como defensor y líder del pueblo bielorruso y de las manifestaciones que han tenido lugar en Minsk después de las elecciones presidenciales del 9 de agosto, cuando Alexander Lukashenko, sin presencia de observadores internacionales, revalidó su mandato (que ostenta desde 1994) arrasando en las urnas al alcanzar más de un 80% de los votos. Para muchos ciudadanos, no es sino la constatación del último pucherazo del que para ellos es “el último dictador de Europa”.
En este delicado asunto, los obispos europeos han hecho su llamado, en palabras del Papa, “al diálogo, rechazo a la violencia y respeto a la justicia e de la Ley”. Y, junto con el Papa, confían “todos los bielorrusos a la protección de Nuestra Señora, Reina de la Paz”.
Del mismo modo, los prelados han asegurado sus oraciones por Kondrusiewicz, así como por “toda la comunidad bielorrusa, que espera un regreso inmediato a casa del arzobispo de Minsk y una reanudación de su ministerio episcopal”. Además, han animado a todas las partes a “trabajar para resolver pacíficamente el conflicto y seguir con confianza el camino del diálogo”.