El pasado 31 de agosto, el Vaticano hacía pública la intención de oración de Francisco para el mes de septiembre a través del Vídeo del Papa: un clamor por el respeto a los recursos naturales, sobre todo por parte de la empresa privada. Sobre esto ha reflexionado la salesiana Alessandra Smerilli, consejera de Estado de la Ciudad del Vaticano ante los micrófonos de Vatican News, subrayando la imagen tan “plástica” que utilizaba el Papa en el vídeo al afirmar que “estamos exprimiendo los bienes del planeta como si fuera una naranja”.
“Con esto”, ha dicho Smerilli, el Papa “quiere enfatizar que nos estamos comportando de manera irrespetuosa hacia quienes tienen estos recursos”. Y, para ello, habla de “saqueo, porque eso es lo que pasa en la guerra cuando los vencedores conquistan un país y se llevan todas sus riquezas con locura, dejando atrás un desastre”. “Lamentablemente”, ha añadido, “esto es lo que pasa en muchos territorios cuando se saquean los recursos naturales de otros, y en este contexto el Papa introduce el concepto de deuda, que me parece muy eficaz”.
Asimismo, Smerilli ha explicado que ante esta “deuda ecológica”, es urgente, como dice Francisco, actuar “hoy, no mañana”, ya que no se puede seguir considerando “el daño ecológico como algo externo a la actividad empresarial”. “El razonamiento es: el emprendedor debe producir, para producir necesita algunos recursos, explota otros países, crea problemas ecológicos, pero estos son algo que pasa más allá de sus intenciones”, ha explicado. “Debemos aprender que todo esto es parte de las actividades de la empresa y debe incluir todas las actuaciones necesarias para reducir este impacto ecológico en sus costos”, ha defendido.
“Lamentablemente, es un fenómeno muy extendido, se da a nivel ecológico pero también fiscal, y quizás este aspecto sea el más conocido”, ha apuntado. “Muchas empresas multinacionales -no todas, porque las hay bien gestionadas- colocan su oficina tributaria en los llamados paraísos, por ejemplo, para poder explotar el trabajo y aprovechar diversas condiciones sin pagar impuestos donde operan económicamente, pero lo mismo se hace a nivel ecológico”, ha dicho la religiosa. Por ello, considera que cuando las empresas actúan internacionalmentesería necesario contar con sistemas de “gobernanza”, tributación y control que vayan más allá de los estados individuales.