Tras pasar 9 años en la cárcel condenada por la ley contra la blasfemia en Pakistán, Asia Bibi está refugiada en Canadá y se ha convertido en una activista contra la norma que la encerraría y la condenaría inicialmente a muerte. De hecho, ha confesado que le gustaría volver a su país para combatirla in situ. Ahora que se ha presentado la edición inglesa del libro ‘Al fin libre’, escrito junto a la francesa Anne-Isabelle Tollet, Bibi toma distancia con el texto que no considera su autobiografía, según ha recogido La Croix.
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Estas declaraciones se han producido en el contexto de la nueva edición del libro de Anne-Isabelle Tollet, cuya edición francesa había apoyado Bibi. Ahora parece desvincularse totalmente del relato, según una entrevista concedida a la versión en urdu de Voice of America. “No estuve involucrada en su redacción. No sé cuándo lo escribió, de quién es la historia y quién la guio para el libro. No estoy en absoluto de acuerdo con este libro porque no es mi autobiografía”, señaló. Si bien Tollet fue la única periodista a la recibió en Canadá. De hecho, en febrero se fotografiaron juntas en lo que fue la reaparición en los medios de Bibi.
La ley contra la blasfemia ¿buena?
“Mi país me liberó. La gente buena y mala está en todas partes”, confiesa la activista que espera luchar desde Pakistán. “Las autoridades deben escuchar al supuesto blasfemo. La investigación de los oficiales de policía inferiores debe ser clara, y ambas partes deben ser escuchadas frente a frente”, reivindica tomando distancia de la interpretación que aparece en el libro de la ley de la blasfemia que la condenó. “Absolutamente, la ley es buena, pero la gente hace mal uso de ella. Si Dios lo permite, volveré a mi país. El mundo tiene la culpa, no Dios. La gente puede decir lo que piensa”, señala Asia Bibi según recoge Crux.
Aunque lo cierto es que fue la aplicación de esta ley tras un enfrentamiento en el pueblo lo que condenó a muerte a Bibi. Sentencia en primera instancia que confirmó el Tribunal Superior de Lahore. Posteriormente, personajes como el Gobernador del Punjab, Salman Taseer, y el Ministro de Minorías Federales, Shahbaz Bhatti, fueron asesinados por apoyar públicamente a Bibi y criticar la ley de blasfemia de Pakistán. Finalmente, en un fallo histórico, el Tribunal Supremo anuló su sentencia de muerte en octubre de 2018 y ordenó su liberación inmediata de la prisión. Algo que provocó protestas violentas en todo el país por lo que la liberación se retrasaría a enero de 2019.
Las últimas declaraciones no han gustado a todos. El pastor Justin Bhatti, de Karachi, señala que con este posicionamiento “ella ha apuñalado por la espalda a líderes de la iglesia, mártires y defensores de los derechos humanos” y sus declaraciones se contradicen. También ha condenado estas palabras Nadeem Bhatti, uno de los fundadores del Frente Cristiano de Liberación de Pakistán.