El Papa ha aceptado la renuncia del obispo electo de la diócesis norteamericana de Duluth. El pasado 19 de junio, Michel Mulloy fue nombrado como pastor de esta región situada al norte del estado de Minnesota, que aglutina a una decena de condados y una población católica de unas 45.000 personas. Sin embargo, el sacerdote, de 66 años, nunca llegará a recibir la mitra, una celebración que estaba prevista para el próximo 1 de octubre.
Algo debió fallar en los informes que llegaron a la Congregación de los Obispos en Roma, incluidos los preceptivos estudios de la Nunciatura, cuando a los pocos días trascendió que se había visto envuelto en una acusación de abusos a un menor en la década de los 80. Según fuentes conocedoras del caso, se trataría de una denuncia “creíble”.
Así lo explica en un comunicado la Diócesis de Raid City, donde Mulloy ha ejercido de vicario general y administrador. Así, el pasado 7 de agosto, el Obispado habría recibido una notificación sobre los supuestos abusos. Aunque el diócesis no tiene constancias de “otras acusaciones de abuso sexual que involucren al padre Mulloy”, se ha abierto la pertinente investigación “siguiendo los protocolos establecidos”, que pasan por informar a la policía así como el cese de su ministerio.
De la misma manera, se comunicó a la Santa Sede lo sucedido y el resultado es que la sede de Duluth se encuentra vacante. Mientras tanto, continuará al frente de la misma su actual vicario, el sacerdote James Bissonnette. “Lamentamos a todos los que han sufrido abuso sexual y a sus seres queridos. Les pido que oren por la persona que se ha presentado con esta acusación, por el padre Mulloy, por los fieles de nuestra diócesis y por todos los afectados, ha expresado el vicario en un comunicado en el que subraya que “ponemos nuestra esperanza y confianza en la providencia de Dios mientras esperamos, nuevamente, el nombramiento de nuestro próximo obispo”.