Hace dos semanas inició en México el Ciclo Escolar 2020-2021, y debido a la pandemia de Covid-19, más de 30 millones de estudiantes de educación básica iniciaron clases a distancia, apoyados en contenidos televisivos.
Al respecto, habla para Vida Nueva la profesora María de Jesús Reséndiz Olmedo, quien durante 33 años ha sido maestra de educación primaria en el país, y hoy sufre lo mismo que miles de profesores mexicanos al buscar la mejor manera de afrontar el reto.
Para la docente, han sido varias las cosas que la realidad ha puesto sobre la mesa en este regreso virtual a clases, y la primera de ellas es que ha sido un tiempo de “donarse”.
“Han sido muchas horas frente al televisor o a la computadora, para hacer planeación, seleccionar música, videos, ver aprendizajes, hacer adecuación con los alumnos de menor aprendizaje, ambientar, etcétera”, dice.
Pero también ha visto la necesidad de aprender a trabajar en equipo, a profundizar en el aprendizaje colaborativo, entre docentes y directivos, así como entre los colegiados.
La Secretaría de Educación Pública ha pedido a los docentes estar en contacto con sus alumnos por cualquier medio, sobre todo las primeras semanas; y al menos una vez a través de las plataformas Meet o Zoom, así como de la aplicación para trabajos escolares Classroom, y de no ser posible, a través de llamada telefónica.
Pero la comunicación maestro-alumnos no ha sido sencilla, explica: “en el caso de los maestros que estamos en la Ciudad de México, podemos tener contacto con más de la mitad de los alumnos, pero hay otros que se encuentran en lugares más alejados, donde solo se pueden comunicar vía WhatsApp”.
María de Jesús Reséndiz Olmedo trabaja por la tarde con alumnos que cursan el cuarto año de primaria en una zona de clase media baja, y por las noches con alumnos de 15 años en adelante, muchos de ellos adultos mayores, con quienes se ha complicado trabajar a distancia, ya que algunos no tienen ni siquiera teléfono móvil.
“En el caso de los niños de primaria los he notado inquietos y sorprendidos; si bien están atentos, a veces se llega a complicar, pues tengo el caso de una madre que tiene cinco hijos y solo un teléfono móvil; en otros casos no tienen señal de la televisión o los niños están solos porque los padres tienen que salir a trabajar”.
También ha llegado a pasar que, al hacer el docente la llamada, los padres de familia explican que tuvieron cambiar de estado porque perdieron el trabajo; afortunadamente, “de 21 alumnos que tengo en la tarde, hay solo cuatro con los que no he logrado tener un contacto directo”, explica.
La profesora considera que, hoy más que nunca, el apoyo entre profesores, alumnos y padres es indispensable; “todos debemos trabajar mucho la parte empática, emocional y ser tolerantes unos con otros porque esta situación es un reto para todos”.
La profesora María de Jesús asegura que la mayoría de los maestros busca asumir este nuevo reto; sin embargo, las condiciones han sido difíciles para ellos, pues “hay compañeros que no tienen acceso a internet, algunos tienen que ir a cibercafés y otros no tienen ni siquiera esa posibilidad, ya que tienen un solo turno y una situación muy precaria”.
Pese a ello –dijo– hay un compromiso de los maestros y están tratando de encontrar la mejor forma de sacar adelante esta etapa remedial, como la ha llamado SEP, “es decir, un periodo de repaso, de ajuste a lo que ya no se pudo concluir de manera presencial”.
Con relación a los contenidos de los programas de la SEP, señaló que estos no coinciden con lo que están transmitiendo las televisoras, lo que ha ocasionado fricciones entre profesores y padres de familia, y que los maestros tengan que trabajar más.
“Muchos programas de Aprende en Casa II son repetitivos o a veces no coinciden con las características de nuestra población, es decir, son de Chile o de Argentina, España; en ese sentido, yo sí tuve la petición de los padres de familia de un material diferente”.
La profesora María de Jesús lamentó que algunos compañeros docentes estén pensando en adelantar su jubilación “porque ni siquiera saben armar un grupo en WhatsApp; pero los que seguimos, estamos dando el mejor esfuerzo”.
“Las clases a distancia con los alumnos funcionaría muy bien si todos tanto maestros como alumnos tuvieran las mismas herramientas digitales, pero hoy en día la brecha sigue siendo muy grande, y sobre todo en educación rural donde todos están solos, como el caso de una maestra triqui que canceló el año escolar porque sus alumnos no tienen esos alcances”.