El papa Francisco asegura que Laudato si’ no es una “encíclica verde, sino social”

El papa Francisco asegura que Laudato si’ no es una “encíclica verde, sino social”

Jorge Mario Bergoglio se ha convertido con los años a las causas medioambientales, hasta el punto de dedicar a la protección de la Casa común una de sus encíclicas, Laudato si’, publicada en 2015, pero no siempre le importó está cuestión. Durante la V Conferencia general del episcopado latinoamericano y del Caribe, celebrada en Aparecida en 2007, al entonces arzobispo de Buenos Aires le “fastidiaba” que los obispos brasileños hablaran continuamente “de los grandes problemas de la Amazonía” y de las implicaciones sociales que generaban.



“No entendía esa urgencia e insistencia”, confiesa en el libro ‘Tierra Futura. Diálogos con el papa Francisco sobre la ecología integral’, que llega mañana a las librerías italianas. El volumen es fruto de una serie de entrevistas con Carlo Petrini, fundador de la asociación Slow Food, que promueve los platos relajados y auténticos y que necesitan su tiempo para ser cocinados y degustados.

Para el Pontífice, Laudato si’ no es una “encíclica verde”. A su modo de ver se trata de una “encíclica social”, pues los seres humanos “somos los primeros en formar parte de la ecología”. La defensa de la naturaleza, aunque “noble”, resulta “insuficiente” para Francisco. “Estamos hablando de qué modelo de convivencia y de futuro tenemos y de cómo construirlo. Está en juego la enorme cuestión de la justicia social que todavía hoy, en el mundo interconectado y aparentemente próspero en el que vivimos, está bien lejos de ser una realidad”.

Nueva economía

En ‘Tierra Futura’, el Papa pide una política que rechace tanto “la economía salvaje de mercado” como “la mística de las finanzas, a las que no puedes agarrarte porque son aire”. Invita por tanto a desarrollar “un nuevo modo de entender la economía” en el que el protagonismo sea “de los pueblos”.

Una de las conversaciones entre Francisco y Petrini tuvo lugar tres meses antes de que comenzara el el Sínodo de la Amazonía, celebrado en octubre de 2019. El Pontífice manifiesta su deseo de que la asamblea tenga un “impacto disruptivo” y albergue un debate “fértil y proficuo”. Le desmiente además a su interlocutor que tuviera como objetivo “consentir que se casaran los sacerdotes amazónicos” y le confiesa que invitó a algunos sacerdotes y obispos “un poco conservadores” porque hacían falta las opiniones de todos para conseguir un debate que no resultara “estéril”.  

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