Cada año, el 8 de septiembre, se celebra el Día del Cooperante, una jornada para reconocer la labor de los cooperantes españoles que trabajan en las zonas empobrecidas del planetas y para sensibilizar sobre la tarea solidaria que desarrollan. Aunque la pandemia por el coronavirus suspendió algunos de los programas que distintas instituciones, muchas de ellas confesionales gracias al gran despliegue misionero de la Iglesia, desarrollan de cooperación internacional; llega el momento de la reconstrucción.
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La fuerza del voluntariado
Coincidiendo con esta jornada, Entreculturas y Alboan han presentado su propuesta de voluntariado internacional de larga duración, que lleva el nombre de VOPA. Una experiencia que llevan organizando los últimos 29 años. De esta manera, se pretende “visibilizar y poner en valor el voluntariado internacional como agente clave de la cooperación española, y por otra parte manifestar, que si bien se ha avanzado con la inclusión del voluntariado internacional en la Ley de Voluntariado de 2015, el cumplimiento de los derechos de este colectivo es parcial y limitado a lo que puedan hacer las organizaciones”, según David Alonso, director de Personas y Organización de Entreculturas.
Desde sus inicios en 1991, en el VOPA más de 1.000 personas han participado como voluntarias en proyectos de cooperación al desarrollo. Para Entreculturas, esta experiencia “transforma la vida de las personas, ya que cambia prioridades, valores y maneras de relacionarse” y “permite entender las dinámicas globales y profundizar en las causas de la desigualdad”.
Además, la jornada sirve para reivindicar “esta realidad invisible, o mejor dicho, invisibilizada y poco reconocida y apoyada por las Administraciones Públicas del voluntariado internacional e invitar a la sociedad civil organizada y especialmente a las administraciones públicas a visibilizar y fomentar programas de voluntariado internacional realizados con calidad y calidez”, según Alonso.
