Los miembros de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada, con una carta, agradecieron a las distintas organizaciones de religiosos por compartir distintas procesos, eventos, conclusiones y espacios que se fueron dando a lo largo de estos meses, desde que comenzó el año.
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Destacaron, especialmente, el mensaje final de la Asamblea General de CONFAR (Conferencia Argentina de Religiosas y Religiosos), el nuevo camino institucional que comienza a transitar la nueva Conferencia de Institutos Seculares (CISA), y el servicio nacional de formación permanente de las Vírgenes Consagradas.
Comunión y sinodalidad
Los obispos reconocen que estas “buenas nuevas” resultan elocuentes signos de comunión que valoran en estos tiempos de pandemia por Covid-19 y confinamiento. La expresión “estamos en la misma barca” resulta precisa y preciosa en un mar agitado por la pandemia“.
Valoraron la creatividad de estas asociaciones para fortalecer los lazos eclesiales entre los consagrados y las instituciones que los nuclean. Señalaron como oportuno este momento para experimentar la “cercanía, contención y ánimo propios de la fraternidad y sororidad de los consagrados”, en la búsqueda del fortalecimiento de la misión en la Iglesia. ¡La pasión por Cristo, pasión por la humanidad!”
Asimismo, confirmaron que en la vida consagrada el sentido de comunión y la dinámica de la sinodalidad se expresa por la docilidad de vivir “unánimes”, con un solo corazón y una sola alma, dentro de un marco de tiempo y espacio donde se dialoga, confronta, discute y se construye en la paciencia.
Llamado – creatividad – fidelidad
Los obispos destacaron las dos dimensiones inseparables de la vocación: la pasión de cada mujer o varón consagrado que expresa la fuerza y el impulso que lo anima, y la dimensión del padecer, del dolor y de sufrimiento.
Agregaron que la «creatividad en la fidelidad», «la fidelidad creativa», no son un lema, un juego de palabras o un hashtag, sino que siempre es el resultado de una “búsqueda inspirada por la fe (al mirar el pasado con gratitud), el amor (al querer vivir el presente con pasión) y la esperanza (como modo teologal de abrazar el futuro)”.
Lazos eclesiales
Los miembros de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada expresaron que la pandemia sigue causando heridas profundas, “desenmascarando nuestras vulnerabilidades y descubriéndonos interconectados… como nunca”.
Esperan que la catequesis de los miércoles del Papa Francisco -dedicadas a descubrir desde las virtudes teologales facetas, concreciones, encarnaciones de este presente tan difícil-, sirvan de inspiración para celebrar renovadamente la Jornada de la Vida Consagrada en el país.
En el mes de la Biblia, los animan y exhortan a encarnar “la Palabra que profesamos“, porque “la Palabra es la que sostiene nuestra profesión, nos habita y da vida, vida en abundancia”.
Y en la festividad del nacimiento de María, piden que Ella, de parte de Dios, regale a todos los consagrados y consagradas el don de la fidelidad y la alegría de la perseverancia.
