Francisco vuelve de alguna manera a Lampedusa una y otra vez desde el inicio de su pontificado, al igual que una y otra vez se repite el drama de los migrantes. Así lo ha puesto al menos de manifiesto hoy al recibir en audiencia a medio centenar de personas que participan en el proyecto europeo “Snapshots from the Borders” (Voces y experiencias de las fronteras), que precisamente está liderado por el alcalde de Lampedusa y Linosa, en Italia.
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“No podemos aceptar que quien busca esperanza por mar, muera sin ayuda”, expresó el Papa en un nuevo respaldo a las organizaciones que rescatan a migrantes en su travesía a Europa. “A menudo se nos pide que abordemos las tragedias que tienen al Mediterráneo como escenario, un mar fronterizo, pero también un mar donde se encuentran las culturas”, les compartió el Papa. Además instó a los países y a la Iglesia a convertir las fronteras en “ventanas” y no en muros, en “espacios de conocimiento mutuo, de enriquecimiento recíproco, de comunión en la diversidad”.
No a la indiferencia
“Nadie puede permanecer indiferente ante las tragedias humanas que siguen teniendo lugar en diferentes regiones del mundo”, expresó el obispo de Roma un día después del incendio que ha devastado el campamento de refugiados de Moria en la isla e Lesbos (Grecia).
Francisco ha admitido que la migración es un tema complejo, pero sobre el que nadie puede olvidar que genera “situaciones dramáticas” y que por tanto “interpela a todos”. Admitiendo que el proceso de acogida e integración de los extranjeros “no es fácil”, este hecho no justifica y hace “impensable” que se pueda resolver “construyendo muros”, de la misma manera que tampoco puede entenderse un “sentimiento generalizado de indiferencia social e incluso de rechazo”.
Oportunidades para todos
Es más, ha condenado que la respuesta de los Estados y de la comunidad internacional ante el fenómeno migratorio sean las operaciones militares, cuando “debería construir instituciones que garanticen iguales oportunidades además de lugares donde los ciudadanos tengan la posibilidad de hacerse cargo del bien común”.
En este sentido, ha abanderado la promoción de un “nuevo humanismo” que no se quede en una mera “filosofía de vida”, sino en un “estilo de comportarse” en lo cotidiano. Un ser y hacer que el Papa ve más necesario que nunca ante la crisis del covid-19: “La actual pandemia ha puesto de manifiesto nuestra interdependencia: todos estamos vinculados, unos con otros, tanto en el mal como en el bien. Debemos actuar juntos, no solos”.
¿Y cómo hacerlo realidad? Francisco no ha dudado en compartir su hoja de ruta: “Se trata de poner a las personas, los rostros, las historias en el centro. He aquí la importancia de los proyectos, como el que promueven ustedes, que tratan de proponer diferentes enfoques, inspirados en la cultura del encuentro”.