Francisco envía a Gallagher a Bielorrusia tras la negativa de Lukashenko a permitir entrar en el país al arzobispo de Minsk

Paul Richard Gallagher en Bielorrusia

El papa Francisco ha enviado al arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, a Bielorrusia tras la negativa del presidente Alexander Lukashenko a permitir la entrada en el país al arzobispo de Minsk, Tadeusz Kondrusiewicz.



Según ha hecho público la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el arzobispo llegó hoy al país y estará allí hasta el próximo 14 de septiembre. El programa de la visita incluye reuniones con las autoridades civiles y los responsables de la Iglesia católica.

Kondrusiewicz se ha convertido en el defensor y líder del pueblo bielorruso y de las manifestaciones tras las elecciones presidenciales del 9 de agosto, en las que, sin presencia de observadores internacionales, Lukashenko revalidó su mandato (que ostenta desde 1994) arrasando en las urnas al alcanzar más de un 80% de los votos. Para muchos ciudadanos, no es sino la constatación del último pucherazo del que para ellos es “el último dictador de Europa”.

Desde el 31 de agosto, Kondrusiewicz se encuentra exiliado en Polonia, donde había participado en las celebraciones en honor de la Virgen de Czostochowa, y, al regresar, le impidieron el paso sin previo aviso en la ciudad fronteriza de Kuznica, solo un día después de publicar una carta pastoral advirtiendo sobre una posible guerra civil y tras haber ofrecido a la Iglesia como mediadora.

Trabajar por la paz y la reconciliación

Mientras las manifestaciones se suceden, el también presidente de la Conferencia Episcopal de Bielorrusia pide en el exilio a su Iglesia trabajar por la paz y la reconciliación. “La crisis actual ya ha provocado una confrontación abierta entre diferentes posiciones políticas y sociales en las calles y plazas de nuestras ciudades: los ciudadanos de la única patria que forma nuestra familia han levantado las manos”, dijo el prelado en una de sus cartas.

“Hemos sido testigos de violencia, ya que se derramó sangre, aparecieron heridos de ambos lados, miles fueron encarcelados y muchos mutilados. La sociedad está dividida, el odio y las amenazas mutuas violan el principio cristiano de justicia en la misericordia”, agregó tras las protestas que han dejado decenas de detenidos y heridos en Minsk. Para el prelado, las heridas físicas y espirituales del país tardarán mucho en sanar y pidió “un espíritu de arrepentimiento y perdón”.

El presidente de Bielorrusia le acusa de haberse “dedicado a la política”, aunque el mitrado solo ha hecho declaraciones y escritos pidiendo una convivencia pacífica. Dentro del país, el obispo auxiliar de Kondrusiewicz, Yuri Kasabutsky, defiende al prelado de la campaña de Lukashenko. “Si decimos que nos oponemos a la violencia, ¿eso es política? Si decimos que nos oponemos a la tortura, ¿eso es política? Si decimos que queremos vivir en la verdad, la honestidad y la benevolencia, ¿eso es política?”, se preguntó en una reciente homilía.

“Las fuerzas del mal están tratando de silenciar esta voz pero no pueden destruirla por completo, ya que habla en el alma, en el corazón del hombre, incluso tras las rejas. Oramos por la conversión de quienes cometen actos inhumanos, y cuanto más oramos, más personas pueden abrir su conciencia ”, añadió. Mientras, Lukashenko ya suma 26 años ininterrumpidos de poder.

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