Roberto Malgesini, sacerdote de la diócesis de Como (norte de Italia) de 51 años de edad, fue asesinado a primera hora de este martes por un desequilibrado que le acuchilló varias veces por la espalda para presentarse poco después en la comisaría de los Carabinieri, donde confesó el crimen. El delito tuvo lugar cuando el cura iba a comenzar su ronda matutina de distribución de bebida y alimentos para los indigentes, ya que se dedicaba a asistir a las personas sin hogar y a los inmigrantes con pocos recursos.
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El asesino, al que el presbítero conocía, era un extranjero con problemas psiquiátricos y sobre el que pesaba una orden de expulsión de Italia. Según informan los medios locales, Malgesini era muy conocido en Como porque coordinaba un grupo de voluntarios que atendían a personas en situación de marginalidad. Colaboraba además con asociaciones que se dedican a la acogida de inmigrantes.
Tras visitar el lugar donde se había producido el crimen y bendecir el cuerpo sin vida del sacerdote, el obispo de Como, Oscar Cantoni, manifestó su “profundo dolor por lo sucedido” y mostró el “orgullo” por este presbítero que “siempre trabajó sobre el terreno hasta dar su vida por los últimos”. Varios inmigrantes a los que atendía Malgesini se acercaron igualmente al lugar donde fue asesinado, situado a pocos metros de la entrada de la iglesia de San Rocco, ubicada en una zona marginal de Como. “¿Dónde está? No, no puede ser él”, comentó uno de los extranjeros presentes.
Consciente del peligro
Roberto Bernasconi, responsable local de Cáritas, aseguró que Malgesini “era consciente” de los riesgos que corría y consideró el asesinato un martirio. “Quería transmitir un mensaje cristiano a través de la cercanía a estas personas. Es una tragedia que nace del odio que crece en en estos días y que es la causa desencadenante, más allá de la persona que haya realizado este gesto. O dejamos de odiarnos o tragedias como esta se repetirán. Espero que su martirio pueda contribuir a que la sociedad se desenvenene”.
Matteo Salvini, líder de la Liga, una formación que ha hecho del rechazo a la inmigración ilegal uno de sus principales caballos de batalla, no tardó en publicar un mensaje en las redes sociales en el que pidió una “oración” por el sacerdote “asesinado por un inmigrante clandestino”. Recordó además a “todos los italianos e inmigrantes buenos, que aman nuestro país y respetan la vida”.