“Es ejemplo de diversidad porque en su iglesia, en San Antón, todas las familias son bienvenidas, no se da nada por hecho. Familias LGTBI y otro tipo de familias”. Así, como un ejemplo de aceptación presentaba al padre Ángel Isabel Durán, directora creativa internacional de Atresmedia. Y es que el fundador de Mensajeros de la Paz participaba el pasado sábado en LB Talks 2020, un congreso online para debatir acerca de la comunicación de la realidad desde la perspectiva de las mujeres LGTBI.
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“Para mí hoy es un día más especial. Un día en el que todavía uno se siente muy roto por todo lo que hemos pasado, pero muy feliz de poder estar con vosotros”, decía el padre Ángel. “Una de las reflexiones más preciosas que he encontrado en el papa Francisco dice que aquel que rechaza a los homosexuales, a las lesbianas… no tiene corazón humano. Dice que todos somos seres humanos y que todos tenemos la misma dignidad“, explicaba ante la cámara.
El sacerdote echaba, además, mano de su propia experiencia en su parroquia con el colectivo: “Cuánto hemos sufrido en esta iglesia de San Antón cuando a veces llegan algunas personas que han tenido que atravesar un vía crucis para recibir los sacramentos, como si fueran algo distinto a los demás”. Y es que, para el padre Ángel, no hay ningún adjetivo que esté por encima de la persona: ” Si alguien tiene una tendencia política, de color o sexual, ¿por qué no la debemos acoger?”.
Acoger a todos
“El Sínodo de los Obispos sobre la Familia, que tuvo lugar en 2014, sacó un extenso documento en el que se lanzaba una reflexión sobre el problema de la familia actual. Respaldaba cómo la Iglesia católica debía acoger a todos, incluidos a los homosexuales, a las lesbianas, a quien tuviera una orientación sexual distinta”, contó el sacerdote. “Hacía años que no se oía decir esto en la Iglesia”.
“A nuestra iglesia vienen parejas desde Bilbao, desde Almería… y vienen solo pidiendo bautizar a sus hijos, que quieren formar parte de esa familia cristiana y que han encontrado dificultades”, explicó. “Yo siempre les digo que, de verdad, siempre somos felices de tener dentro de la iglesia a las personas. No a una, sino a todas”, añadió. “Estoy seguro de que muchas de vosotras habréis sufrido en vuestra infancia y juventud el dolor rechazo por vuestra orientación sexual”, continuó el sacerdote. “Habéis sido unas campeonas y yo os digo que ha merecido la pena que luchéis”, afirmó.
Asimismo, el padre Ángel explicó que, en las charlas a las que le suelen invitar en otras diócesis, siempre dice lo mismo: “que tenemos que ser todos uno, que tenemos que querernos sin hacer distinciones. Y siempre hay alguien que, al terminar, se me acerca”. De hecho, recordó un caso concreto en el que una chica en Santiago de Compostela que le dijo delante del mismo arzobispo “padre, hacía mucho tiempo que no escuchaba de alguien de dentro de la Iglesia que nos podía acoger, que yo podía seguir confesando y comulgando”. “Yo le dije, ¿y por qué no? Pero me daba pena pensar que hay personas que se puedan sentir distintas por eso”, añadió.
“Benditas vosotras”
“Por esto os digo que ha merecido la pena llegar hasta la aceptación social, aunque todavía queda mucho por hacer”, aseveró el sacerdote, “con eventos como este vais a conseguir, vamos a conseguir que esta sociedad sea más rica en valores, en igualdad”. Y es por este motivo por el que el padre Ángel quiere “seguir apostando por vosotros”.
En cuanto al matrimonio entre parejas del mismo sexo, si bien el sacerdote reconoció que en la Iglesia católica no están permitidos “porque cada institución tiene sus normas y sus códigos”, ha asegurado que le es imposible no “bendecir a alguien cuando te lo pide”. “Si bendecimos coches, animales de compañía… ¿cómo no voy a bendecir a dos personas que se quieren?”.
“Por eso sigo diciendo que pobres de aquellos que ponen en duda el poder bendecir a la gente, o incluso la condenan. Nosotros hemos nacido para bendecir, para querer, para estar con las personas”, subrayó, acabando su intervención bendiciendo a todos y todas los que participasen del evento y pidiendo también que le mandasen sus bendiciones. “Benditas vosotras, benditas de verdad porque estáis consiguiendo un mundo mejor. Estáis consiguiendo que seamos más felices”.
