El Papa lamenta en la audiencia general que los sanitarios no reciban “el reconocimiento ni la remuneración que merecen”

Audiencia general papa Francisco nueva normalidad

El papa Francisco recurrió hoy al término español “cuidadores” para exaltar la labor de quienes “desempeñan un papel esencial en la sociedad actual” al hacerse cargo de otras personas, aunque a menudo no reciben “ni el reconocimiento ni la remuneración que merecen”. Para salir de la pandemia que estamos afrontando, recomendó, es preciso “cuidarse y cuidarnos mutuamente” al tiempo que se apoya “a quienes cuidan a los más débiles, a los enfermos y a los ancianos”. Durante la audiencia general de este miércoles, el Pontífice mostró su gratitud hacia los “médicos, enfermeros, personal sanitario y asociaciones de voluntariado” que se esfuerzan en afrontar la actual emergencia sanitaria lamentando que “haya costumbre de abandonarles”.



En la parte final de su intervención, el Papa recordó a Roberto Malgesini, sacerdote de la diócesis de Como (norte de Italia) de 51 años de edad asesinado a primera hora del martes por un inmigrante desequilibrado al que ayudaba el propio presbítero, que asistía a las personas marginadas y sin hogar. “Me uno a la oración y el dolor de sus familiares y de la comunidad de Como. Y como ha dicho su obispo, doy gracias a Dios por su testimonio, el martirio, de caridad hacia los más pobres”, dijo Francisco, invitando a rezar por todos aquellos que trabajan con las personas necesitadas y separadas de la sociedad.

El antídoto de la contemplación

En la catequesis que ofreció a los fieles congregados en el patio de San Dámaso del Palacio Apostólico y a los que le seguían a través de los medios de comunicación, Jorge Mario Bergoglio subrayó que la “regla de oro” de nuestra humanidad es “el cuidado”, que trae consigo “salud y esperanza”. Tras recordar la interconexión entre las distintas formas de vida y cómo nuestra propia salud depende de la de los ecosistemas, advirtió que abusar de ellos supone “un grave pecado que daña y enferma” y consideró la contemplación como “el mejor antídoto contra este abuso”.

Improvisando sobre el texto que tenía preparado, el Papa dijo que “quien no sabe contemplar la naturaleza, no sabe contemplar a las personas con sus riquezas y quien explota la naturaleza acaba explotando a las personas. Es una ley universal”. Destacó además que “no podemos esperar seguir creciendo a nivel material” sin cuidar al mismo tiempo “la casa común que nos acoge” y recordó que “tenemos una deuda de reconocimiento y de penitencia” con los indígenas debido “al mal que les hemos hecho”. También aplaudió la labor de las asociaciones y grupos que defienden su territorio, a quienes en ocasiones se obstaculiza pese a que “contribuyen a una revolución pacífica, la ‘revolución del cuidado’”.

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