Juan Antonio Ruiz: “Mi misión es ayudar a entender mejor la Palabra de Dios mediante un acercamiento a la arqueología de Tierra Santa”

Juan Antonio Ruiz

Las actividades del Instituto Español Bíblico y Arqueológico (IEBA), ubicado en la ‘Casa de Santiago’, están relacionadas con los estudios en los principales centros bíblicos-arqueológicos de Jerusalén, especialmente, el Studium Biblicum Franciscanum (SBF), y École Biblique et Archéologique Française, EBAF; las investigaciones en sus bibliotecas, asistencia a otras academias o a la Universidad Hebrea. El IEBA ‘Casa de Santiago’ coordina con las Comisiones Episcopales de la Conferencia Episcopal Española, así como con otras entidades e instituciones eclesiales, la programación, la coordinación y la dirección de cursos específicos en Tierra Santa. El sacerdote Juan Antonio Ruiz es, desde el 1 de septiembre, el nuevo director del IEBA, un nombramiento del que da detalle en esta entrevista con la Oficina de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA).

PREGUNTA.- La Casa de Santiago, como institución eclesial católica, lleva 64 años al servicio de la arqueología y de los estudios bíblicos españoles. ¿Su dirección mantendrá ese mismo objetivo? ¿Cuál es la misión encomendada con su nombramiento en el IEBA? ¿Cuáles son sus expectativas y deseos en esta nueva responsabilidad?

RESPUESTA.- La Casa de Santiago, desde su fundación, no ha cesado en su empeño de ser una institución eclesial y académica al servicio de la investigación bíblica y arqueológica. Así, este centro de la Iglesia española en Jerusalén presenta una larga e interesante trayectoria en la promoción de los estudios bíblicos y orientales, en colaboración con las instituciones académicas especializadas de Tierra Santa. De este modo, la dirección de la Casa de Santiago (que depende de la Conferencia Episcopal Española, y es gestionada académicamente por la Universidad Pontificia de Salamanca, a través del Instituto español bíblico y arqueológico) debe continuar en este sentido, procurando que esta Casa siga siendo hogar acogedor, lugar de encuentro y ambiente propicio para el estudio y la investigación entre los biblistas y arqueólogos españoles.

Este ha sido siempre un objetivo irrenunciable de este Centro: potenciar la cultura bíblica y arqueológica española. Humildemente, pretendo “recoger el testigo” en esta misión que ahora me confía la Iglesia, sin olvidar aquel espíritu innovador que le llevó a Mons. Maximino Romero de Lema a fundar en 1955 esta institución en Jerusalén, como un brillante intento de dar respuesta al gran desafío del diálogo entre la fe y la cultura, que todavía hoy continúa siendo “el drama de nuestro tiempo”.

P.- En el terreno de la investigación, ¿en qué proyectos inmediatos están trabajando? ¿Se plantean otro tipo de trabajos a largo plazo?

R.- En estos días de inicio de mi nuevo servicio estoy contactando con investigadores de nuestro Centro, interesándome por sus proyectos bíblicos y arqueológicos. Estoy realmente impresionado por la gran altura científica de sus trabajos de investigación, que se presentan muy diversos en este amplio campo de la exégesis y de la arqueología bíblica. Se trata principalmente de sacerdotes de distintas diócesis españolas –también algunos seglares–, matriculados en el Pontifico Instituto Bíblico de Roma, en la Universidad Gregoriana o en otras universidades españolas, que eligen nuestra Casa para trabajar en sus interesantes estudios exegéticos y poder disfrutar de una estancia en la ciudad de Jerusalén, cuyos lugares tan diversos y significativos están repletos de evocaciones bíblicas.

Destacaría el proyecto ‘El mundo de la Biblia, curso de geografía y arqueología bíblicas’ organizado en Tierra Santa por la Universidad Pontificia de Salamanca, en colaboración con otras facultades españolas de teología, y en el que la Casa de Santiago, como institución académica, también participa en ese programa interfacultativo. Se dirige a los alumnos de teología bíblica, con el fin de alcanzar un conocimiento in situ de los principales hallazgos arqueológicos del tiempo bíblico, así como de un acercamiento a las diversas razones del desarrollo histórico y político del Oriente próximo en el extenso periodo bíblico, y su enorme importancia para la exégesis.

De cara a un futuro, nos gustaría continuar impulsando diversas actividades bíblicas y arqueológicas, a través de ciclos de conferencias, jornadas formativas y seminarios, así como organizar cursos de geografía y arqueología bíblica para sacerdotes y seminaristas en colaboración con la Conferencia Episcopal Española. También me gustaría resaltar dos proyectos arqueológicos que desde hace algunos años están siendo apoyados por la Casa de Santiago. El primero es el ‘Proyecto Llanura Sur de Akko’, situado en la zona costera del moderno Israel, al pie de la cara norte del Monte Carmelo y al oeste de las últimas estribaciones de los montes de la Baja Galilea, y que tiene como objetivo conocer mejor las relaciones entre los cananeos de la costa y del interior durante el periodo del Bronce final (1500-1200 a.C.), y las relaciones entre los fenicios y los israelitas durante el periodo del Hierro (1200-586 a.C.). Para los próximos años se ha programado una segunda fase de este proyecto arqueológico, en la que se reanudarán excavaciones en Tel Regev. Se trataría de un trabajo conjunto de Saint Louis University (campus de Madrid) y de la Universidad de Haifa, que cuenta con la colaboración de la Universidad Internacional SEK de Ecuador y el IEBA de Jerusalén (Casa de Santiago), en el que han participado profesores y estudiantes de la Universidad CEU-San Pablo de Madrid y de la Universidad eclesiástica de SAN Dámaso, entre otras instituciones.

También desde hace años la Casa de Santiago ha venido apoyando el ‘Proyecto Arqueológico de Tell el-Fara’, en Cisjordania. Esta excavación arqueológica, que cuenta también con el apoyo del Ministerio de Cultura, el Consulado General de Jerusalén (AECID) y la Fundación Palarq, es un proyecto internacional en el que participan la Universidad de A Coruña, la Universidad Nova de Lisboa y el Ministerio de Antigüedades y Turismo de Palestina. Se trata de un yacimiento bíblico, que se ha identificado habitualmente con la ciudad de Tirsá, fundada por el rey Jeroboam.

P.- La Casa de Santiago depende del Patriarcado Latino en Jerusalén y se halla bajo la protección del Consulado General de España. ¿Cómo son las relaciones con estas dos instituciones actualmente?

R.- Me impresiona comprobar cómo Maximino Romero, desde su amor a la Iglesia y a España, siempre confiando en la Providencia divina, funda la Casa de Santiago, y desde el principio, muestra en todo momento un gran respeto a la Iglesia local de Jerusalén, bajo cuya autoridad pone el naciente Centro. Desde entonces y hasta hoy, hay una estrecha relación de colaboración y apoyo entre el Patriarcado latino y la Casa de Santiago. Por otro lado, debo destacar la ayuda inmejorable del Consulado general de España en Jerusalén, cuyos respectivos cónsules, han sido protectores e impulsores de la Casa, especialmente, por medio de la Obra Pía Española en Tierra Santa.

P.- En este sentido, ¿el emplazamiento en Tierra Santa de la Casa de Santiago supone alguna ventaja para las diócesis o entidades que requieran ayuda en Jerusalén? ¿Cómo están siendo estas primeras semanas en Tierra Santa?

R.- El IEBA es también una casa abierta para la comunidad española de Jerusalén, para los religiosos y religiosas de diversas órdenes y congregaciones que se encuentran aquí realizando sus diversas tareas, para tantos voluntarios, trabajadores y miembros del Consulado. Por su puesta también está al servicio de los peregrinos y visitantes de distintas diócesis que llegan a Tierra Santa con el único objetivo de visitar y rezar en los Santos Lugares. En estos primeros días en que estoy comenzando el nuevo cargo me encuentro bien, ilusionado, cumpliendo la cuarentena obligatoria que es impuesta por Israel. Sin embargo, estoy aprovechando esta reclusión en la Casa para revisar diferentes documentos relacionados con la gestión del Centro y pensar en nuevos proyectos bíblicos y arqueológicos.

P.- El IEBA ha convocado varias becas para realizar investigaciones sobre Biblia y Arqueología en Jerusalén. ¿Cómo ha sido la respuesta de los alumnos?

R.- El IEBA, con el impulso y el apoyo de la UPSA, a través de su rectora, Mirian Cortés –a quien muestro mi más sincero agradecimiento por su apoyo incondicional a nuestra institución eclesial y académica, mostrando en todo momento una exquisita sensibilidad por los diversos proyectos de nuestra Centro–, ha convocado una serie de becas para estudiantes e investigadores de Biblia y arqueología, con el fin de que puedan llevar adelante sus diferentes trabajos científicos. Estamos teniendo una respuesta realmente positiva, ya que estamos recibiendo un número considerable de solicitudes por parte de profesores y alumnos de diferentes Universidades, presentando proyectos de gran altura científica, atraídos sin duda por la ciudad de Jerusalén y sus innumerables resonancias bíblicas.

P.- Por otro lado, ¿La pandemia de el Covid-19 ha afectado las investigaciones bíblico-arqueológicas en Jerusalén? ¿Han diseñado un protocolo para evitar contagios de Covid-19 en la Casa de Santiago? 

R.- Desgraciadamente, el Covid-19 ha sembrado graves consecuencias en todo el mundo. También en Tierra Santa, que durante años se ha visto asolada por los conflictos bélicos, y se encuentra inmersa ahora en una gran crisis producida por la pandemia. Sin duda, esta crisis afecta a nivel de la investigación bíblica y arqueológica, porque la actual situación sanitaria impide la llegada de estudiantes y profesores a los centros académicos especializados para poder llevar a cabo sus proyectos bíblicos y arqueológicos. Ciertamente, en la Casa de Santiago hemos diseñado un protocolo con el fin de evitar el contagio del Covid-19, estableciendo medidas reglamentarias de distanciamiento físico, el lavado frecuente de manos con gel hidroalcohólico y el uso de mascarillas en lugares concurridos.

P.- Desde el IEBA organizan excursiones y expediciones arqueológicas, en colaboración con otras universidades internacionales. ¿Ha afectado la pandemia en la celebración de estas acciones? ¿Cuál es la previsión?

R.- Ciertamente, la pandemia ha afectado en gran parte a la realización de actividades arqueológicas. De este modo, había campañas previstas para los próximos meses, como el ‘Proyecto Arqueológico de Tell el-Fara’, y han tenido que ser anuladas dada la actual situación sanitaria y de acceso y entrada a Israel. De igual manera, la primera fase del ‘Proyecto Llanura sur’ de Akkó también se ha visto afectada por el Covid-19, ya que se habían programado tres viajes a Israel con más miembros del equipo de arqueólogos para trabajar con los materiales, y no se han podido realizar, por lo que va retrasada la publicación de la memoria final, así como la redacción de varios artículos acerca de los resultados obtenidos.

Sin embargo, en esta situación crítica no debemos hundirnos en el miedo y la desconfianza. Como dice un bello pasaje del profeta Isaías, en el que el Señor se dirige personalmente a su pueblo en momentos de dificultad, invitándolo a no desesperar, porque el Señor es el Dios de Israel y está incondicionalmente con él, sosteniéndolo: “No temas, yo estoy contigo; No te angusties, porque yo soy tu Dios”. De este modo, la Palabra de Dios vence ese gran enemigo del hombre, que es el miedo y la angustia. O, como también nos recuerda el papa Francisco, en estos momentos debemos “demostrar paciencia e infundir esperanza, cuidándonos de no sembrar pánico, sino corresponsabilidad”. Por eso, deseo con ilusión y confío con esperanza que nuestra querida Casa de Santiago en Jerusalén podrá llevar adelante su misión, con la fuerza de Dios, produciendo abundantes frutos en los años venideros en el estudio a fondo de la Palabra de Dios y en el intento de ayudar a entenderla mejor mediante un acercamiento a las lenguas, la cultura y la arqueología de Tierra Santa.

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