El compositor leonés, autor de las populares ‘La lola’ o ‘La taberna del buda’ con Café Quijano, publica un libro, ‘Detrás de la letra’ (Sekotia), en el que relata las intrahistorias de sus canciones… Porque las letras no son solo letras; son vidas vividas que, en ocasiones, por experiencia, suscitan una canción que se convierte en himno.
PREGUNTA.- ¿Qué es lo que no saben expresar las corcheas y semicorcheas, pero sí la palabra?
RESPUESTA.- Las notas se encargan de una parte importante para llegar a las emociones, pero donde realmente se encuentra el clímax emotivo es cuando se unen música y letra para conformar un matrimonio ideal.
P.- ¿Se ha quedado a gusto escribiendo estas memorias en las que se expone de forma generosa?
R.- Bueno, no entiendo este libro como “unas memorias”, ya que solo ocupa partes concretas de mi vida aunque parezcan una vida entera. El hecho de dejar pinceladas de ciertos pasajes, o incluso de la infancia, no hace que sea un repaso completo de mi existencia. Quedan muchísimas cosas en el tintero. Quizás, si escribiera algún volumen más, podría empezar a completar unas memorias decentes.
P.- ¿Para cuándo lo nuevo de Café Quijano?
R.- Vamos a tratar de que sea dentro del primer semestre del próximo año y esperemos que podamos cumplir los plazos que tenemos estipulados. Las circunstancias son sobradamente conocidas y nos pueden obligar a dar un giro inesperado en los planes. Esperamos y deseamos que nuestros deseos se puedan convertir en realidad.
P.- Pau Donés se ha ido, ¿hay un cielo de artistas?
R.- Me imagino que iremos todos al mismo cielo pero, seguro, por todas partes aparecerán los artistas dejándose notar. Allí estará Pau repartiendo vitalidad celestial.
P.- Por cierto, ¿usted cree en algo?
R.- Soy creyente, sí. No muy practicante porque practiqué muchísimo en mi etapa de seminarista. Tengo sentido de que hay un alguien en quien creo.