A partir del próximo 28 de septiembre, y hasta el 30 de noviembre de 2020, todos los lunes se llevará a cabo el Seminario Nacional de Liderazgo Político, en el que participan clérigos, intelectuales y políticos de diferentes corrientes ideológicas, pero con un mismo objetivo: generar canales de diálogo y encuentro.
El evento es organizado por la Academia de Líderes Católicos, en coordinación con la Universidad Pontificia de México, y se llevará a cabo a través de la plataforma Zoom.
Entre los participantes se encuentran: Héctor Mario Pérez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México; Luis Felipe Bravo Mena, ex presidente nacional del Partido Acción Nacional; Bernardo Bátiz, militante del partido gobernante Morena; el sacerdote Mario Ángel Flores, rector de la Universidad Pontificia de México; la doctora María Luis Aspe, ex presidenta del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, y José Antonio Rosas, director general de la Academia de Líderes Católicos.
Sobre la relevancia de este seminario, Vida Nueva charló con dos de los participantes: José Antonio Rosas y Bernardo Bátiz, quienes coincidieron en que este evento llega en un momento muy oportuno, pues permitirá buscar mecanismos de diálogo, que no sean de confrontación ni de descalificación.
El maestro Bátiz -quien fuera Procurador de Justicia de la Ciudad de México de 2000 a 2006- aseguró que, a través de ese diálogo, se puede avanzar en la solución de problemas como la inseguridad y la falta de educación, entre muchos otros; “todo eso se puede lograr mejor si hay un ambiente de diálogo, de colaboración, de encuentro y no de choque”.
Adelantó que durante el seminario también se hará un recuento de los momentos en la historia de México en que hubo coincidencias y avances hacia una mejor organización social, sin enfrentamientos, “que no son muchos; nuestra historia ha sido de movimientos armados, intervenciones extranjeras, ya no armadas pero sí económicas”.
Por su parte, José Antonio Rosas consideró que en México hay “una exacerbación de la polarización política, ha crecido un maniqueísmo entre gente buena y mala, que se acusan unos a otros, una gran división en la sociedad, conflictos y confrontación”.
Por lo anterior –dijo– la trascendencia de este seminario radica en que “es la propuesta de católicos para el encuentro, el entendimiento, la amistad cívica y el diálogo”.
“Lo relevante de esto también es que en el consejo que organiza el seminario no solamente está la jerarquía de la Arquidiócesis de México a través de su obispo auxiliar, de la Academia Latinoamericana de Líderes o de una UPM, sino que en el mismo comité organizador está Bernardo Bátiz, uno de los fundadores de Morena, y hombre muy cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador; y al mismo tiempo Luis Felipe Bravo, que fue secretario particular del ex presidente Felipe Calderón”.
El Director General de la Academia de Líderes Católicos explicó que el seminario tiene tres grandes temáticas: primera: los elementos del liderazgo católico que se requieren en el mundo político; segunda: profundizar en la identidad mexicana, a lo largo de su historia, cómo se forja el proyecto de nación.
La tercera temática –añadió- es profundizar en el pensamiento y magisterio del primer Papa latinoamericano: el papa Francisco, como clave para el liderazgo político; “y entonces vamos a estudiar la cultura del encuentro, la inclusión social de los pobres, la ecología integral y sin duda la nueva encíclica del Papa, donde nos invita a reconocernos todos como hermanos”.
Al referirse a los retos que enfrentan los líderes políticos católicos, José Antonio consideró que el más importante, después de la pandemia, ya lo ha señalado el Papa en sus discursos, “la regeneración de nuestros pueblos, la reconstrucción del tejido social después de esta crisis”.
“Me atrevería a decir que el segundo reto de un líder católico latinoamericano es lo que propone el seminario: generar espacios de encuentro, de diálogo; tenemos que cambiar el relato de que estamos en una guerra y dejar de mirarnos con desconfianza, dejar de estar buscando quién es el responsable o el culpable de la pandemia, y en primer lugar reconocernos como hermanos que estamos en medio de una peregrinación en el desierto, donde hay mucha gente que está cayendo y que va a caer después de esta pandemia en el desempleo, en la pobreza, en la indigencia.”
José Antonio Rosas aseguró que estos problemas van a crecer en América Latina y, en este contexto, el papel del cristiano es como el del buen samaritano: levantar al que se ha caído en el camino, reconocernos como hermanos, reconocernos además como hijos del mismo Padre, y caminar”.
Para el maestro Bernardo Bátiz, los líderes políticos han tenido varios retos con un cambio mundial “que tiene dos facetas: por un lado, la terrible pandemia que nos ha llevado a usar otra manera de comunicarnos a través de la tecnología, incluso en las clases y reuniones políticas; y por otro lado, combatirlo, previniendo, logrando que la población en general se cuide, que sea más precavida y, por supuesto, sus consecuencias económicas”.
En ese sentido, consideró que el mundo económico y de la política, “están ante una reconstrucción, tanto que se ve que el sistema neoliberal se derrumba, y este virus le acaba de dar el último empujoncito, y hay que sustituirlo por nuevas formas de relaciones económicas”.
“Creo que una justicia social bien entendida y planeada, hecha o elaborada con la participación de muchos, es lo que puede venir, pensar en que se acaben las empresas de acciones y que vengan empresas cooperativas, formas más participativas tanto en la producción como en la distribución de los satisfactores de necesidades”, agregó.
Al referirse a las principales problemáticas en materia política que tienen las naciones, México en particular, Bernardo Bátiz aseveró que además de los problemas que tiene el resto del mundo, “tenemos aquí la doctrina Monroe, el intervencionismo permanente del gobierno de los Estados Unidos, que no respeta ninguna soberanía”.
Ese sería el problema extra –dijo- “que tenemos en América Latina; tenemos que estar siempre a la defensiva, con mucho cuidado en las relaciones, y para México con mayor razón por la frontera de más de tres mil kilómetros que compartimos con ellos; tratados muy difíciles, como el tratado de aguas, que desde mi punto de vista es ventajoso por parte de ese país, ya que le quita agua a los campesinos de los estados fronterizos en México”.
Para mayores informes sobre este seminario y los que ofrece la Academia de Líderes Católicos, es necesario ingresar a su página web.