“Estamos haciendo todo lo que podemos con los recursos a nuestra disposición, pero necesitamos ayuda, mucha ayuda”. Este es el llamamiento del cardenal Joseph Coutts a través de Caritas Internationalis tras las lluvias torrenciales que han afectado a Pakistán en los últimos dos meses. En este momento hay 300 muertos y unos 250 heridos, mientras que más de 216.000 familias han perdido sus casas.
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El arzobispo de Karachi sabe de lo que habla, porque una de las zonas más afectadas es Sindh, una ciudad de su diócesis. “No tenemos recuerdos de lluvias intensas como las que cayeron en Karachi en los últimos dos meses”, indica, según el comunicado de Caritas Internationales. Asimismo, explica que “el Gobierno ha prometido una compensación y nuevas viviendas para los que han perdido sus hogares, pero no sabemos cuándo llegará la ayuda”.
Otro problema añadido a la pandemia
Por el momento, Cáritas Pakistán ha tomado medidas para distribuir paquetes de alimentos, agua potable y tiendas de campaña a las familias afectadas. El personal y los voluntarios de la entidad eclesial también están prestando primeros auxilios a los heridos y facilitando las operaciones de búsqueda, rescate y evacuación. “La ayuda inmediata proporcionada por Cáritas ha aliviado el sufrimiento de la población y ha hecho que los afectados sientan que no están solos y abandonados. Damos gracias a Dios por la excelente formación del personal y los voluntarios que han respondido con prontitud a esta y otras catástrofes”, agradece el purpurado.
Las inundaciones son otro drama añadido a la pandemia del coronavirus que afecta a todo el país. “Para los pobres es una doble tragedia, porque muchos de ellos habían perdido sus trabajos a causa del Covid-19 y ahora han perdido o perderán también sus casas”, subraya con dolor el cardenal.