En una lluviosa mañana, la primera desde que comenzó a celebrar las audiencias generales en el patio de San Dámaso del Palacio Apostólico, el papa Francisco lamentó este miércoles que se escuche más “a los poderosos que a los pobres”, también en la pandemia, en la que se tiene más en cuenta a las grandes empresas farmacéuticas que a los médicos y enfermeros. En una catequesis dedicada al principio de subsidiariedad, denunció que “se haya difundido hoy como un virus” la falta de respeto a dicho principio, que a su juicio puede resultar una óptima receta para tratar de superar las nefastas consecuencias del coronavirus.
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Al inicio de su alocución el Pontífice advirtió de que “para salir mejores de una crisis como la actual, que es una crisis sanitaria y al mismo tiempo social, política y económica, cada uno de nosotros está llamado a asumir su parte de responsabilidad”. Por ello pidió que se escuche a todas las partes de la sociedad, también a los “marginados, excluidos o ignorados”, para que puedan así ofrecer su contribución.
Unión social
Tras recordar que fue Pío XI quien destacó que el principio de subsidiariedad podía resultar muy importante para lograr una “verdadera reconstrucción” después de la Gran Depresión de 1929, Jorge Mario Bergoglio explicó que este “principio social” nos hace estar “más unidos”, ya que favorece la participación de las distintas instancias de la sociedad. “Cuando los individuos, las familias, las pequeñas asociaciones o las comunidades locales no son capaces de alcanzar los objetivos primarios, entonces es justo que intervengan los niveles más altos del cuerpo social, como el Estado, para proveer los recursos necesarios e ir adelante”, dijo el Papa, advirtiendo que, al mismo tiempo, los vértices de la sociedad deben “respetar y promover los niveles intermedios o menores”.
Al denunciar la falta de respeto del principio de subsidiariedad citó las “grandes medidas de ayudas financieras realizadas por los Estados”, resultado de que se escuche más a “las compañías multinacionales que a los movimientos sociales”. “Este no es el camino humano”, señaló Francisco, que puso también como ejemplo lo que sucede con la actual pandemia. “Se escucha más –denunció– a las grandes compañías farmacéuticas que a los trabajadores sanitarios, comprometidos en primera línea en los hospitales o en los campos de refugiados”.
Mensaje para Cuba
Al relacionar la solidaridad con la subsidiariedad, Bergoglio comentó que aquella no puede ser “verdadera” si no va de la mano de la participación social y la contribución de las familias, asociaciones y pequeñas empresas. De esta manera se previenen y corrigen “ciertos aspectos negativos de la globalización y de la acción de los Estados”.
En su saludo a los peregrinos de lengua española durante la parte final de la audiencia, el Papa recordó que estos días se cumplen cinco años de su viaje apostólico a Cuba y pidió al Señor que “libre y alivie” a los cubanos “en estos momentos de dificultad que atraviesan a causa de la pandemia”. También señaló el Pontífice que hoy es la fiesta litúrgica de san Pietro de Pietralcima, Padre Pío, al que calificó de “incansable dispensador de misericordia divina”.