Las ejecuciones de condenados a muerte en los Estados Unidos han crecido exponencialmente. Por ello, la Conferencia Episcopal católica ha emitido una declaración en la que deja patente su preocupación porque “en los últimos 60 años, antes de que la administración Trump reiniciara las ejecuciones federales, solo hubo cuatro ejecuciones federales. Desde julio, ha habido cinco, lo que ya es más ejecuciones federales que las realizadas en cualquier año del siglo pasado”.
Y es que, además, “hay dos ejecuciones federales más programadas para esta semana”, señalan en una escrito firmado por el Paul S. Coakley, arzobispo de Oklahoma y presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano de la Conferencia, y Joseph F. Naumann, arzobispo de Kansas y presidente del Comité de actividades pro-vida. Recordando que la Biblia cuenta en sus primeras páginas el asesinato de Caín, señalan que “como Iglesia, debemos dar ayuda concreta a las víctimas de la violencia y debemos alentar la rehabilitación y restauración de aquellos que cometen violencia”.
El episcopado reclama que “las ejecuciones son completamente innecesarias e inaceptables” para la reinserción del preso y acude a los pronunciamientos de Juan Pablo II, Benedicto XVI y el papa Francisco. Por todo ello, concluyen el comunicado exigiendo: “Le decimos al presidente Trump y al Fiscal General Barr: Ya basta. Detengan estas ejecuciones”.