El coronavirus también ha azotado de lleno a la Vida Religiosa española. Más de 300 religiosos y religiosas de vida activa han fallecido en estos primeros seis meses de la pandemia del Covid-19, según datos a los que ha tenido acceso Vida Nueva. No obstante, el número de consagrados fallecidos es mayor, ya que en esta estadística no se incluye a las monjas contemplativas ni al resto de formas de vida consagrada.
Un total de 64 congregaciones (17 masculinas y 47 femeninas) en nuestro país han perdido a algún hermano o hermana en este tiempo, y no siempre los han podido despedir como los Institutos quisieran, puesto que en los primeros meses, ni siquiera pudieron velarlos ni enterrarlos.
Según el estudio al que ha tenido acceso esta revista, se trata de 225 mujeres y 78 hombres. Es decir, casi el 75% son religiosas. Son tres las congregaciones más castigadas: las Hijas de la Caridad, que han perdido a 58 hermanas (20% del total de fallecidos), los Salesianos, que han perdido a 27 hermanos (9% del total de fallecidos) y las Carmelitas de la Caridad Vedruna, que han perdido a 18 hermanas (6% del total de fallecidos). En resumen, solo estas tres congregaciones suman el 35% de los fallecidos.
Ante este ensañamiento con la Vida Religiosa en España, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) ha convocado a todas las comunidades a rezar el próximo 29 de septiembre, fiesta de los Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, que, “como enviados de lo alto y servidores del Altísimo (así proclaman las Escrituras), han recogido el alma de nuestros hermanos/as fallecidos por el coronavirus y se las han presentado al Padre bueno como ofrenda de la tarde de la vida”, como recoge el comunicado de la CONFER en el que se invita a esta oración conjunta.
“Es más; ellos han sido fieles hasta el final de sus días. Y en esa fidelidad que hoy preocupa tanto a nuestra Iglesia, nuestros hermanos/as han sabido crear esa lazo de fidelidad total, hasta el fin de sus días, con el Señor que les llamó a su servicio. Por eso, en medio del dolor de su pérdida, nos sentimos agradecidos de su testimonio, ¡hasta el final!”, añade el texto.