“Ante sus requerimientos y preguntas sobre el modo de accionar del gobierno provincial con el decreto publicado y refrendado por los municipios comprometidos, queremos aclarar que no fuimos avisados con anterioridad, ni consultados. No ha habido más diálogo sobre distanciamiento y/o aislamiento social que el generado por nosotros“. Así, los obispos iniciaron la carta dirigida a la feligresía de la provincia de Chubut.
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Informaron que, en este marco de confinamiento, con mucha insistencia buscaron canales que, finalmente, fueron resueltos por el Ministro de Salud, Fabián Puratich, y el Secretario de Culto, Guillermo Oliveri.
Y reanudaron: “No estamos de acuerdo con esta modalidad de cercenar derechos de modo inconsulto; y después de meses que al igual que el resto de la ciudadanía hemos tolerado el avance sobre derechos resguardados por la Constitución y por tratados internacionales, nos parece que ya es momento para buscar otras metodologías”.
La carta, con la firma de los titulares de Comodoro Rivadavia y de Esquel, Joaquín Gimeno Lahoz y José Slaby, respectivamente, y de los auxiliares de Comodoro, Roberto Álvarez y Alejandro Benna, continuó con una serie de aclaraciones con respecto a las habilitaciones y permisos.
Inquietudes y pedidos
Los obispos lamentaron que, desde la provincia, no se contemple el derecho a la expresión religiosa y su importancia en la vida de las personas. “Nos resulta inquietante que los permisos y habilitaciones tengan como única variable la incidencia económica… nos parece que mercantiliza la vida de las personas y reduce el valor de nuestros vínculos al rédito monetario”.
Agregaron que, si este es el camino seguirán las reuniones de trabajo o de acuerdos políticos, pero “los abuelos seguirán sin ver a sus familias, los enfermos sin un último abrazo o mirada”.
Los prelados señalaron que, si el momento reviste tal gravedad como para prohibir la actividad religiosa, se trate por igual a todas las actividades. Expresaron, entonces: “Es inadmisible y de extrema gravedad el modo arbitrario en el que aquellos que les compete la elaboración y firma de decretos se arrogan facultades claramente reñidas con el sistema que hemos elegido que nos rija y por el que muchos en nuestra patria han dejado su vida”.
Aclaraciones e inquietudes
El episcopado chubutense puntualizó que, en ningún momento, le quitaron importancia a la peligrosidad del virus. “En los meses de aislamiento lo hemos cumplido estrictamente y en los de distanciamiento hemos instrumentado con enorme rigor los protocolos”, dijeron.
Comprometidos en extremar los cuidados, se preguntan ahora por el modo en que se va a cuidar la vida, la alimentación, la salud psicológica y espiritual de las personas; qué espacios de acompañamiento, de escucha, de sanación humana y espiritual se están pensando. Y ya que las restricciones y “aislamientos coercitivos” no dieron los resultados esperados, creen que urge pensar otras soluciones, con los distintos actores sociales.
Ante la insistencia del ministro de Salud, los obispos indicaron que aceptan y se esfuerzan en cumplir con el distanciamiento y las medidas preventivas. “.. Estamos atentos y celosos de preservar nuestros derechos, por eso no queremos ni aceptamos más este modo en donde lo que se habilita o no, es decidido de modo arbitrario”.
“Gracias a Dios, en esta provincia plural y diversa, como Iglesia Católica no estamos sentados en la mesa de los poderosos ni tenemos incidencia en las decisiones; nuestra única fuerza son ustedes, el santo pueblo de Dios”, aseveraron los obispos sureños.