“Le dije al Papa: ¿por qué me haces esto? No veo ningún delito, estoy seguro de que la verdad saldrá a la luz”. Estas fueron las últimas palabras del cardenal Giovanni Angelo Becciu en su última audiencia con el papa Francisco, en la que el Pontífice le pidió su renuncia como prefecto y cardenal por la compra opaca de un edificio en Londres y otros escándalos financieros relacionados con su familia.
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La noticia cogió a Becciu por sorpresa, ya que la audiencia de ayer por la tarde era la misma programada cada semana para actualizar al Papa los milagros y procesos de beatificación y santidad en los que está trabajando la Congregación para las Causas de los Santos.
“En nuestro encuentro, el Santo Padre me dijo que había favorecido a mis hermanos y sus empresas con el dinero de la Secretaría de Estado, pero lo puedo explicar. Ciertamente no hay delitos”, agrega en una entrevista exclusiva de Emiliano Fittipaldi en Domani.
“Soy inocente y lo probaré”
El hasta ahora prefecto se defiende con rotundidad: “No sé si estoy bajo investigación, pero si me envían a juicio, me defenderé”. Así, también atendió por teléfono a Il Mesaggero para defenderse: “Estoy impactado. Preocupado. Es un golpe para mí, mi familia… Por espíritu de obediencia y por amor a la Iglesia y al Papa, acepté su solicitud de hacerme a un lado. Pero soy inocente y lo probaré. Le pido al Santo Padre que tenga derecho a defenderme”.
Según una investigación de L’Espresso, el Papa cuenta en su mesa con un informe en el que consta que Becciu, cuando era sustituto de la Secretaría de Estado, desviaba dinero del Óbolo de San Pedro y de la Conferencia Episcopal Italiana a familiares.