La causa pro vida es una de las banderas que el presidente de los Estados Unidos Donald Trump ha potenciado más durante su campaña para la renovación como principal líder del país. El últimos gesto, ha sido la firma de una orden ejecutiva para asegurar que los hospitales financiados por el gobierno federal conozcan y cumplan con las protecciones legales vigentes destinadas a garantizar que los bebés nacidos prematuramente o con discapacidades.
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Dichos bebés, con esta nueva norma, recibirán una evaluación médica y una atención adecuada. Además, se reclaman más fondos para la investigación con el fin de mejorar las opciones de dichos pacientes.
“Que ningún bebé que nazca vivo sea abandonado”
Ante esta medida, el arzobispo Joseph F. Naumann de Kansas City y presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, ha ofrecido una declaración en la que los prelados aplauden “esta acción del presidente Trump para asegurar que los bebés nacidos prematuramente o con discapacidades reciban una evaluación médica básica y el cuidado apropiado como lo requieren nuestras leyes federales”.
Para el prelado, “además de nuestras leyes, los derechos humanos básicos exigen que ningún bebé que nazca vivo sea abandonado y dejado morir por ser discapacitado o prematuro”. “Toda vida humana, sin importar su etapa de desarrollo o condición, es preciosa e irremplazable y merece una oportunidad de vida”, ratifica.