“Admiro la paciencia que ejercen al tener que tratar con los curas”. Con esta broma se ha metido el papa Francisco en el bolsillo al servicio de la policía italiana que se encarga de la seguridad vaticana junto a la Guardia Suiza, la Inspectoría de Seguridad Pública del Vaticano, que cumple su 75º aniversario.
El Pontífice les ha recibido esta mañana en el Aula Pablo VI y le ha agradecido su trabajo: “Sobre todo, admiro la paciencia que ejercen al tener que tratar con personas de tan diversos orígenes y culturas”. “Y también, me permito decir, con los curas”, ha indicado entre risas en un comentario espontáneo que no recogía el mensaje hecho público por Sala Stampa.
Aunque las medidas de seguridad obligan a tomar la temperatura a todos los asistentes, la obligatoriedad de llevar mascarilla y la distancia de 1,5 metros, este ha sido el primer acto multitudinario del Papa tras la pandemia del coronavirus, con la asistencia de 2.500 personas.
“Queridos oficiales y agentes, muchas gracias por su valioso servicio, caracterizado por la diligencia, la profesionalidad y el espíritu de sacrificio. Mi gratitud se extiende también a su compromiso de acompañarme en mis desplazamientos en Roma y en las visitas a las diócesis o comunidades de Italia. Es una tarea difícil, que requiere discreción y equilibrio, para asegurar que los itinerarios del Papa no pierdan su carácter específico de encuentro con el Pueblo de Dios. Por todo esto, una vez más les estoy agradecido”, ha afirmado el Papa tras hacer un repaso histórico de las relaciones entre Italia y la Santa Sede.
“Espero que vuestro duro trabajo, a menudo realizado con sacrificio y riesgo, esté animado por una fe cristiana viva: ella es el tesoro espiritual más precioso que vuestras familias os han confiado y que estáis llamados a transmitir a vuestros hijos”, ha concluido.