Los obispos de México exigieron al gobierno reconocer el fenómeno del desplazamiento interno forzado, “en su más alto nivel”, pues aseguraron que el país no cuenta con mecanismos institucionales y normativos para la atención y protección de este sector poblacional “a pesar de su tendencia permanente a incrementar, que se extiende por todo el territorio mexicano”.
En el marco de la 106 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, celebrada este 27 de septiembre, la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana (DEPMH), a través de su encargado, el obispo de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos, pidió la construcción de un marco de protección legal e institucional que sea capaz de garantizar los derechos humanos de las personas desplazadas internas.
Para el episcopado, ese marco les otorgaría protección, atención y asistencia, así como “soluciones duraderas” que les permitirán “caminar en sus proyectos de vida y superar las condiciones que las expusieron a tomar dicha decisión; velar por el interés público y el respeto por los derechos humanos”.
Los obispos pidieron la acción conjunta de los tres niveles de gobierno en la prevención de las causas que provocan el desplazamiento forzado interno, a fin de evitar que se sumen más víctimas y se atienda a las existentes.
Solicitaron también al Congreso de la Unión que analice y discuta la posible elaboración de una ley general sobre desplazamiento forzado en la que se plasmen los derechos de las personas víctimas de este fenómeno, los deberes del Estado en materia de desplazamiento, las acciones de prevención y control que sean necesarias para el combate al mismo, así como las sanciones para quienes incumplan con la ley.
Explicaron que este año, en comunión con toda la Iglesia, quisieron poner de relieve esta situación particular y llamar la atención del gobierno para que ponga su mirada en este fenómeno que, en México, “cada día va en crecimiento a causa de la inseguridad y la violencia generada por el crimen organizado a través de la pobreza extrema, el abandono en que viven muchas comunidades especialmente indígenas y, en muchas ocasiones, los desastres naturales”.
El desplazamiento interno forzado -consideraron- es ante todo un drama humano que padecen millones de personas alrededor del mundo y que, lejos de disminuir por la acción directa de los gobiernos, aumenta dramáticamente año con año. La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos (CMPDH) reporta un total documentado de 338,405 personas en situación de desplazamiento forzado, en México, entre el 2006 y 2018.
Como Iglesia -establecieron- “debemos asumir, junto a tantos agentes de pastoral, que ya desarrollan acciones significativas, una actitud de acogida hacia los hermanos y hermanas desplazados en nuestro país. El papa Francisco en su mensaje nos presenta algunas indicaciones y reflexiones para poder trabajar también con estas personas”.
La DEPMH recordó que en su Mensaje para la 106 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2020, el papa Francisco aseguró que se trata de un reto pastoral “al que estamos llamados a responder con los cuatro verbos que señalé en el Mensaje para esta misma Jornada en 2018: acoger, proteger, promover e integrar“.
Asimismo, precisó que el lema que el Papa propuso en su mensaje para este año es: “Como Jesucristo, obligados a huir”, donde -añadió- “se nos invita a poner especial atención en el cuidado pastoral de los desplazados internos que hoy en día suman más de 41 millones en todo el mundo“.
La reflexión, a la que el Santo Padre nos invita -sostuvo- “parte de la experiencia de Jesús desplazado y refugiado junto a sus padres, para reafirmar la importancia de la razón cristológica de la acogida cristiana. En su mensaje el papa Francisco nos recuerda el drama de los desplazados internos, un drama a menudo invisible, que la crisis mundial causada por la pandemia del Covid-19 ha agravado“.
“En comunión con el Santo Padre expresamos nuestra preocupación por las personas víctimas del desplazamiento interno, que a menudo son olvidadas. Los desplazados representan una gran porción de las personas que hoy en día están moviéndose, sólo que no cruzan fronteras y permanecen dentro del territorio nacional”.
Finalmente, manifestaron que en comunión con toda la Iglesia, “y por la intercesión de nuestra madre santísima del Tepeyac, hacemos nuestra la oración del papa Francisco en su mensaje para esta jornada y oramos junto con él por nuestros hermanos desplazados y por quienes hacen esfuerzos para brindarles apoyo y protección“.