El nuevo obispo auxiliar de Santiago de Chile pide perdón a las víctimas de abuso

El nuevo obispo auxiliar de Santiago de Chile pide perdón a las víctimas de abuso

En la cima del cerro San Cristóbal se erige una imagen de la Virgen de Lourdes que caracteriza la ciudad de Santiago, en Chile, y es también un santuario al que acuden miles de devotos, permanentemente. Allí tuvo lugar la consagración del nuevo obispo auxiliar de Santiago, Julio Larrondo, el sábado 26 en la tarde.



Presidida por el arzobispo de Santiago, Celestino Aós, participaron los obispos auxiliares Cristián Roncagliolo y Alberto Lorenzelli, además de un reducido grupo de parientes y cercanos al nuevo obispo, debido a las normas sanitarias.

El arzobispo Aós, en su homilía, invitó al nuevo obispo a ser bondadoso y comprensivo, especialmente con aquellos que más lo necesiten y pidió a Dios conceder “a este servidor tuyo que apaciente a tu Pueblo Santo, que ejerza ante ti de modo ejemplar el Sumo Sacerdocio, siguiéndote día y noche y que atraiga tu bendición sobre nosotros”.

Larrondo dijo que recibe su ordenación como un “misterioso e inmerecido regalo de Dios”, para la Iglesia y para sí mismo. Agregó que “esta misión episcopal la asumo en tiempos atravesados por grandes crisis que nos afligen a todos”, destacando que la crisis ha vuelto a la iglesia a sus bases a través de un laicado más maduro, donde la Palabra de Dios es leída en los hogares. “La cultura del buen trato se va construyendo, somos más conscientes de un clericalismo no saludable, hemos trabajado con otras Iglesias, juntas de vecinos y organizaciones para ayudar a los más pobres. muchos sacerdotes, diáconos y laicos han estado acompañando a los contagiados y sus familias”, dijo el nuevo obispo.

Nos falta mucho por hacer

Luego se refirió a las denuncias de abusos que “han provocado tanto dolor, primero en las víctimas y sus familias, y luego también todo el cuerpo eclesial” y agregó que estas experiencias han motivado a la Iglesia a revisar sus formas de acompañamiento al Pueblo de Dios para arrancar de raíz las situaciones que permiten estos abusos, aunque admitió que “aún nos falta mucho por hacer” y que estas dolorosas situaciones han generado pérdida de fe, alejamiento y poca credibilidad en la Iglesia.

“Al iniciar este ministerio, confesó Larrondo, quisiera pedir perdón a quienes han sufrido por estas situaciones, como lo ha hecho la Iglesia en el último tiempo partiendo por el Papa Francisco, y colaborar en todo lo posible con la debida reparación”. Agregó que la herida será difícil sanar y es un desafío que se debe seguir trabajando con prontitud.

Desigualdad e injusticia social institucionalizadas

También se refirió a la situación social del país, después de un año del estallido social del 18 de octubre pasado y en medio de la pandemia. Dijo que se ha evidenciado la crudeza de la pobreza y la miseria “fruto de una permanente e institucionalizada desigualdad e injusticia social”, y calificó las demandas sociales como legítimas. Al mismo tiempo, condenó la corrupción que agudiza la desconfianza en instituciones.

“El despertar social se ha ido expresando en el deseo de manifestarse pacífica y constructivamente, aportando propuestas concretas en pro del Bien Común y buscando mayor dignidad e igualdad. Crisis social y pandemia han generado una variada creatividad y nuevos esfuerzos solidarios”, aseguró.

Nacido en Santiago en 1959, Larrondo fue ordenado sacerdote en diciembre de 1992 y destinado como vicario parroquial, luego párroco y fue elegido decano en tres ocasiones. Entre 2003 y 2006 fue formador del Seminario Pontificio Mayor de los Santos Ángeles Custodios. De 2008 a 2011 fue acompañante de los diáconos permanentes, ha sido miembro del equipo de la Vicaría para el Clero y desde marzo de 2016 es miembro del Consejo Presbiteral de la arquidiócesis de Santiago.

Siendo párroco de San Luis Beltrán en la zona poniente de Santiago recibió al Papa Francisco en su llegada a Chile, en enero de 2018, cuando al entrar a la ciudad se detuvo en esa parroquia para visitar allí la tumba del obispo Enrique Alvear, conocido como ‘obispo de los pobres’.

Desde marzo de este año es Vicario Episcopal de la zona Sur. El 26 de mayo pasado el Papa Francisco lo eligió obispo. Debido a las restricciones sanitarias recién pudo ser consagrado en una ceremonia restringida, el sábado 26 recién pasado.

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