En un país donde falla la electricidad constantemente y hay una brecha tecnológica muy amplia es todo un desafío implementar clases virtuales. Así plantea Luisa Pernalete, coordinadora de Madres Promotoras de Paz y referente nacional de Fe y Alegría, la compleja situación del sistema educativo en Venezuela durante la emergencia sanitaria del coronavirus.
“Hay que decirlo, antes de la cuarentena teníamos serios problemas con la educación” incluso “desde Fe y Alegría advertimos sobre esa emergencia educativa en una rueda de prensa cuando cumplíamos los 65 años”, ha dicho a Vida Nueva.
La docente valida lo que la Comisión de educación de los Obispos, en días recientes, viene denunciando: “No hay rutina escolar garantizada, no se puede tener clase todos los días, por problemas de servicios de agua, de luz, transporte colectivo, por las renuncias de los maestros ante los bajos salarios”.
Según la encuesta nacional de condiciones de vida (Encovi) de la Universidad Católica Andrés Bello –asegura Pernalete– el año pasado el 40% de los escolares no iba a clase regularmente, no se habla de deserción todavía, pero sí se habla de inasistencia irregular entonces con la cuarentena todos estos indicadores se han ido agravando”.
“Nosotros en Fe y Alegría hemos hecho miles de esfuerzos para seguir atendiendo en medio de la pandemia”, para ello “acompañamos a los maestros, porque no se les puede dejar solos en esta coyuntura tan difícil”.
Pernalete señaló que han dotado de herramientas de estudios a distancia a los docentes para “tener posibilidades de una mejor atención bajo esta modalidad” de tal forma han apelado al uso de la radio con base en la “experiencia de más de 30 años que tenemos en educación radiofónica con adultos” y 23 emisoras en todo el país.
Otra de las estrategias implementadas fue mediante teléfonos inteligentes por grupos de whatsapp y unas guías de estudio cuya repartición inició junto con la cuarentena especialmente en las zonas rurales.
“Se reparten debajo de las puertas o las mamás van a la escuela una vez por semana”, cuenta la docente, quien también afirma que “maestras de esas zonas donde no hay internet, ni teléfonos inteligentes, ni radio, van hasta la casa de los muchachos, siguen en pie”, por ello “hay que otorgarles un premio al heroísmo escolar”.
“Realmente es una cosa heroica, claro, no se le puede pedir heroísmo permanentemente a la gente, pero sí tengo que decir que nosotros pasamos del 43% de estudiantes atendidos a principios de marzo al 81% en junio”, ha indicado.
Sobre el 19% restante ha expresado que “para nosotros es doloroso no haber atendido esta parte, pero sí tenemos que decir que pudimos casi duplicar el número de muchacho atendidos”.
Foto: Prodavinci