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El obispo de El Paso acusa a Trump, a un mes de las elecciones, de haber “manchado” la causa pro-vida





“Esa experiencia de fragilidad moldeó profundamente mi comprensión del compromiso social de los cristianos. Me di cuenta de que nuestro compromiso político como cristianos se trata menos de buscar el interés propio, acceder a privilegios e influir en el poder, y más de solidarizarnos con aquellos que se ven obligados a permanecer al margen de los sistemas que creamos“. Con estas palabras, Mark J. Seitz, obispo de El Paso, relata su experiencia con los migrantes latinoamericanos en la frontera de Estados Unidos.



Una vivencia, acaecida en 2019, que Seitz ha relatado en un artículo para America Magazine en el que anima a los católicos a votar “por el bien común” en las elecciones presidenciales del próximo noviembre. “Como pastor de una parte del pueblo de Dios ubicada en la frontera entre Estados Unidos y México, la mayoría de los cuales son latinos, veo la profunda interrelación de los problemas que afectan a nuestra gente y ponen en peligro nuestro sagrado entorno”, apunta, subrayando que “nuestras comunidades se están derrumbando bajo la historia, el racismo y el Covid-19”.

“En un mundo agresivamente secular e hipercompetitivo”, dice, “deberíamos estar agradecidos por el respeto público por el papa Francisco mostrado por el candidato demócrata, el ex vicepresidente Joseph R. Biden Jr., y los valores de la ética de la clase trabajadora que el Sr. Biden pretende proyectar”. Asimismo, reconoce el “paso adelante que representó la elección de la senadora Kamala Harris como su compañera de gobierno”, ya que “nuestras hijas e hijos necesitan ver a las mujeres reflejadas en el liderazgo más alto de nuestra nación”. “Como obispo en la frontera, también me alientan las promesas de la campaña de Biden de abordar el cambio climático, crear un camino hacia la ciudadanía para los indocumentados, restaurar las protecciones para los solicitantes de asilo y nunca repetir la práctica criminal de separar familias en la frontera”, explica.

La frontera del aborto

Sin embargo, Seitz reconoce también “el obstáculo creado para los votantes religiosos por el compromiso cada vez más fuerte del Partido Demócrata de promover el aborto sin restricciones sensatas”. De hecho, sugiere que “el dogmatismo cada vez más profundo del Partido Demócrata sobre el aborto es un desafío moral ineludible”. A pesar de esto, anima a los católicos a ser conscientes de que la situación actual revela “los efectos colaterales de un acuerdo erróneo de décadas entre ciertos grupos de líderes políticos y religiosos de derecha”.

“Durante demasiado tiempo”, continúa el prelado, “en la búsqueda de estrategias de ‘un solo tema’ para poner fin al aborto, muchos cristianos han hecho la vista gorda escandalosamente a las rupturas reales en las políticas de solidaridad y deshumanización, incluida la represión de los derechos de los trabajadores y los derechos de voto, la reducción del apoyo social para los pobres y los enfermos, el racismo y la explotación de los inmigrantes y el medio ambiente”. Todo esto, según Seitz, ha hecho que “salga el tiro por la culata” y ha contribuido “a la polarización en nuestra sociedad”, dañando “la credibilidad del compromiso de los cristianos con el bien común y comprometió la integridad de nuestro testimonio del Evangelio”.

“Debemos repudiar cualquier compromiso de la integridad moral del testimonio de la Iglesia a través de la alineación partidista con estrategias políticas de un solo tema desconectadas de una ética integral de la vida humana”, insiste el obispo. “Al mismo tiempo, también deberíamos reconocer que la reducción individualista del aborto a una cuestión de los llamados ‘derechos reproductivos’ pone entre paréntesis esta cuestión social fundamental de cualquier análisis moral común, como si la cuestión del aborto no tuviera ningún peso moral en absoluto”, añade, del mismo modo que “desplaza nuestra atención del deber de la sociedad de apoyar las necesidades económicas y sociales reales de las mujeres, las mujeres embarazadas y las familias, donde nos falta mucho”.

Votar por un mundo más justo

Ante todo esto, Seitz acusa directamente a Donald Trump de haber “manchado la causa pro-vida con el individualismo y el culto a la riqueza, la codicia y la celebridad que erosionan muy rápidamente la solidaridad y abaratan la vida”. Asimismo, considera que “ha socavado la importancia fundamental de la libertad religiosa con acciones como prohibiciones de viaje dirigidas a musulmanes”.

“Es dolorosamente irónico que una de las partes afirme estar con las familias indocumentadas y los niños no acompañados, pero no con los no nacidos, y la otra parte con los no nacidos pero no con los indocumentados”, afirma el obispo, “pero la Iglesia siempre se definirá a sí misma como esa comunidad que está con quien se considera indigno de pertenencia”. Por ello, ha reconocido que comparte “el dolor, la frustración y la confusión que enfrentan los votantes católicos este año por lo que parece una elección binaria imposible”.

“Pero, sin importar cómo votemos”, subraya, “Dios nos juzgará por la autenticidad de nuestro compromiso de continuar apoyando a todos los que se ven obligados a marginarse en nuestra sociedad, incluso después del día de las elecciones”. Y anima a los católicos a ir a las urnas para “expresar esta solidaridad y nuestro compromiso con un mundo más justo”.

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