En su calidad de presidente de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM), el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, se solidarizó con el dolor del pueblo hondureño ante el asesinato de José Antonio Teruel, “destacadísimo defensor” de la Casa Común y miembro de la red Caritas de Honduras.
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El pasado domingo 27 de septiembre, ‘Toño’ Teruel, su esposa Aracely Zavala y su cuñado Marco Tulio Zavala fueron baleados en su propia vivienda, en el departamento de Olancho, por dos sujetos fuertemente armados, según testigos. Ese mismo día, también fue asesinado el periodista Luis Alonzo Almendares.
Gustavo Rodríguez expresó su más sentido pésame con las familias de Teruel, Zavala y Almendares: “Rogamos al Dios de la vida que les conceda a sus seres queridos gozar eternamente del Reino del Amor, en el que él mismo “enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado”.
El legado de Teruel
El arzobispo mexicano indicó que la REMAM -con presencia en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y México– asume con compromiso el legado de don José Antonio Teruel, en su lucha por una sociedad democrática con justicia social, “como lo hizo por muchos años desde diversos ámbitos, como el de la coordinación del programa de Participación Ciudadana en Caritas de Honduras”.
Hizo énfasis en su testimonio como entusiasta defensor de los ríos, de la biodiversidad, de las áreas forestales y protegidas y de los seres humanos víctimas de un modelo de sociedad.
La REMAM pide justicia
El Presidente de la REMAM se sumó a la exigencia de Caritas de Honduras que hace a las autoridades competentes “para que, sin demora y del modo más exhaustivo, se realicen las investigaciones que conduzcan a la aclaración de estos asesinatos que claman justicia y que rechazan la impunidad que tiene al pueblo en indefensión”.
También pidió a los gobiernos de Centroamérica y México que demuestren con claridad y compromiso con el cuidado de nuestra Casa Común, “para bien de todos, especialmente de los pobres, de los pueblos originarios y de las futuras generaciones”.
Rodríguez Vega expresó su deseo de acompañar al pueblo hondureño en sus anhelos de una sociedad con verdadera democracia, con justicia social, no condenada a la violencia criminal y política, que pueda ver un horizonte de desarrollo humano integral para sus niños y niñas.