“Así ha sucedido en otras oportunidades cuando a otros secretarios generales han sido nombrados en el ejercicio de su cargo, se entra en el proceso de buscar un sucesor”, ha dicho Juan Carlos Cárdenas, actual secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), luego que el papa Francisco lo nombrara como obispo de Pasto, en Colombia.
El prelado ha dicho a Vida Nueva, en rueda de prensa, que “no me competerá a mí, es un tema de la presidencia que tendrá que empezar a discernir esa búsqueda”, la cual “como puede durar una semana, puede durar cuestión de tres meses”.
Por ahora sigue firme con su compromiso en el CELAM, mientras designan a un sucesor: “la actual circunstancia de la pandemia puede dificultar las cosas, pero igual antes de posesionarme podré sacar adelante muchas cosas”.
Además ha asegurado que desde el momento de su nombramiento ha sentido “el humano temor al ver la grandeza de la misión frente a la limitación de la persona a la que se le encomienda, pero siempre tengo la certeza que el Señor no abandona a sus enviados”.
Por ello ha dicho al papa Francisco que “abraza con alegría y esperanza el nombramiento que me hace”, porque “él es el sucesor de Pedro” y “desde que pisé la puerta del seminario me puse en la cabeza y en el corazón que aquello que me pidieran mis superiores lo acogería con el gozo de saber que era lo que Dios quería”.
Ha anunciado que la posesión canónica se tiene prevista para el próximo 21 de noviembre que “es la víspera de Cristo Rey ya en la conclusión del año litúrgico”.
Cárdenas ha expresado que son muchos los motivos de esperanza frente a la responsabilidad de pastorear una diócesis que conoce bien “porque he visitado varias veces” y que también ha sido golpeada duramente por la pandemia “no solo en la salud, sino a nivel social”.
Por ello iniciará un proceso de escucha activa tanto con el presbiterio como con la feligresía para discernir sobre la necesidad de “ser iglesia samaritana” en una tierra hermosa, pero azotada por la histórica violencia.
“Nos duele que en una región tan bendecida por Dios estén viviendo circunstancias históricas de violencia, sobre todo en los últimos días muy directamente contra jóvenes que son el futuro de la región, nos duelen esas vidas sacrificadas de manera injusta”, acotó.
Para el nuevo obispo hay que superar la polarización como “si nuestro país no fuera este precioso tapete multicolor en el que todos deberíamos tener espacio”, por tanto “seremos una voz solidaria, clara, pero una voz que llama a la cordura a encontrar caminos donde la vida sea respetada y entienda su sacralidad para que las diferencias sean resueltas sin necesidad de recurrir a la violencia”.
“Estoy conectado con las comunidades ancestrales, cuya historia hay que valorar y hay que tener presente”, ha indicado al tiempo que pide a las autoridades policiales “conectarse con el sentir de la gente porque la autoridad se gana a partir de esa relación”.
Lamenta que esta región del sur del país haya una débil presencia del Estado, por ello se ha puesto a la orden para contribuir a la visibilización de los problemas desde una postura mediadora y constructiva.