La Cámara de Representantes de los Estados Unidos debatía ayer, 1 de octubre, acerca del nuevo paquete de ayuda de emergencia para la recuperación económica tras el Covid-19, un proyecto de ley en el que se incluyen 225 mil millones de dólares para educación. Sin embargo, el proyecto de ley excluye que esta partida presupuestaria se distribuya de forma equitativa entre escuelas públicas y privadas.
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Ante esto, el obispo Michael C. Barber, SJ de Oakland, presidente del Comité de Educación Católica de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), ha subrayado que la pandemia del coronavirus “ha afectado a todos los estadounidenses, incluidos aquellos cuyos hijos están matriculados en escuelas católicas y no públicas”. Por ello, para el obispo resulta “inconcebible” que el proyecto de ley “excluya a estos niños estadounidenses y las escuelas a las que asisten de la ayuda de emergencia que aliviaría las cargas financieras que han soportado como resultado de la pandemia”.
Ayuda a las familias más afectadas
“La devastación económica de la pandemia”, continúa, “ya ha llevado al cierre de al menos 150 escuelas católicas, muchas en áreas de bajos ingresos que atienden a niños de color”. Por este motivo, Barber insta al Congreso y a la Casa Blanca que “unirse para apoyar la ayuda de emergencia que prioriza la salud y la seguridad de todos los estudiantes, incluidos los niños de escuelas no públicas y los casi dos millones de estudiantes matriculados en escuelas católicas”.
Asimismo, el prelado ha subrayado el apoyo de la USCCB a “todos los estudiantes”, y ha pedido al Congreso que estudie la propuesta ‘School Choice Now’, que proporcionaría becas de matrícula de emergencia en instituciones católicas a las familias más afectadas.