La Santa Sede presentó el viaje de hoy a Asís para la firma de la tercera encíclica de Francisco como un viaje privado. Como tal, no se facilitó más agenda que la eucaristía y posterior firma de ‘Fratelli tutti’. Sin embargo, el Papa tenía bajo la manga un encuentro sorpresa.
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Francisco llegó a mediodía en helicóptero a la región de Umbría. Y, desde ahí, en coche se dirigió hasta el monasterio de las clarisas de Spello, donde se detuvo para almorzar con la comunidad religiosa. Pocos detalles han trascendido de la comida en un monasterio que ya fue visitado por el Papa argentino tanto en enero de 2019.
Amigas y conocidas
En aquel momento, también se trató de un encuentro fuera de programa, estrictamente privado. Según comentó el Papa entonces a las propias monjas, fue una manera de “devolverles la visita” que las religiosas le hicieron en agosto de 2016 a la residencia vaticana de Santa Marta con motivo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
Lo que no ha trascendido de momento es si, como en 2019, el Papa ha acudido sin previo aviso, cuando solo el obispo local era el cómplice de Francisco y conocedor de su plan de sorprender a las monjas. En aquel momento, Bergoglio llamó directamente al timbre del monasterio y les dijo: “Soy Francisco, ¿puedes abrirme? He venido a haceros una visita”. Según confesaron después las clarisas, se quedaron literalmente “petrificadas”.